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Kamala Harris, durante la aceptación de la candidatura presidencial por el Partido Demócrata. Foto tomada del video de proclamación en su página de Youtube.
Kamala Harris, durante la aceptación de la candidatura presidencial por el Partido Demócrata. Foto tomada del video de proclamación en su página de Youtube.

Elecciones en Estados Unidos: un país se debate en el margen de error

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La campaña política de Estados Unidos está como para alquilar balcón. La convención demócrata logró cambiar la carga magnética entre la opinión pública y ahora al interior de ese partido ven con esperanza la candidatura de Kamala Harris y Tim Walz y con ellos las probabilidades de conservar el poder.

Hace menos de dos meses el panorama era catastrófico: la enorme distancia a favor de Donald Trump en las encuestas, por cuenta del desastre de Joe Biden en el primer debate televisado y el fallido atentado contra Trump el pasado 13 de julio, parecían haber enterrado cualquier posibilidad de triunfo en las toldas demócratas.

Nadie debe olvidar que en la política, todo puede pasar: hoy el panorama pinta distinto. Lo mínimo que debemos decir es que los demócratas lograron volver a nivelar el terreno nuevamente. Si bien, en las encuestas los candidatos siguen dando la pelea en el margen de error, lo cierto es que en julio pasado, los demócratas no veían ninguna esperanza y hoy, según el más reciente análisis de encuestas de The Washington Post, Kamala Harris cuenta con una media promedio de 2 puntos porcentuales por encima de Trump. La intención de voto volvió a aparecer en las toldas demócratas.

La explicación de este cambio radical está en varios hechos que vale la pena mencionar, para tener una mayor claridad de análisis sobre lo que se viene.

  1. La “marginalidad” de los argumentos de Trump: cada vez le cuesta más convencer a nuevos electores al expresidente. Diversos analistas han señalado lo difícil que le está resultando al candidato repúblicano atacar a su contrincante demócrata. El problema no es que no haya cosas negativas para decir sobre Kamala. El problema es que ya no cala la forma de presentar los argumentos de Trump. Esto es lo que explica que haya tocado techo su campaña. Claramente ese techo sigue siendo alto y, según el sitio web de predicciones y apuestas, Polymarket, tiene aún el 50% de las posibilidades de ganar. Pero, pasar de ahí le va a costar mucho: Trump, que sabe de finanzas, debe entender lo que son los rendimientos marginales decrecientes. Y ahora mismo los está sufriendo.
  2. Por el contrario, Kamala Harris todavía tiene posibilidades de crecer, convenciendo a muchos de los indecisos o, inclusive, atrayendo más votos de entre mujeres y jóvenes. Hay otro argumento que cala fuerte y, si lo saben utilizar, puede ser útil a los demócratas en la tarea de seguir enderezando el camino hacia el triunfo: se trata de la clase media. Esto quedó claro durante la convención donde la propia Kamala buscó sintonizarse con este segmento de la población. Pero ella no fue la única, la clase media fue uno de los temas centrales de Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), quien está sacando provecho de su historia de mujer hecha a pulso. Los demócratas quieren imprimirle un significado nuevo al “Born in the USA”: gente que más allá de su raza, ha hecho una historia de éxito en los Estados Unidos y agradece todas las oportunidades que le brinda el país, porque les ha permitido ascender y alcanzar sus sueños. Esto está muy lejos de la historia del hombre blanco del centro del país, que es uno de los principales grupos poblacionales seguidores de Trump.
  3. Otro factor clave es que resulta muy fácil atacar a Donald Trump. Por ejemplo, Kamala acuñó durante su discurso de aceptación un nuevo slogan: “No vamos a volver” (We are not going back), canalizando el cansancio de alguna parte de la opinión pública con la polarización, los discursos exacerbantes y las formas políticas de Trump, razón por la cual ven como un retroceso un segundo mandato del expresidente.

La campaña electoral se va a seguir desarrollando en el margen: esa zona de la realidad política, donde cualquier cosa puede marcar la diferencia entre llegar o no a la Casa Blanca, y en la que ganar cualquier punto adicional puede resultar muy costoso y hasta contraproducente. No obstante, la carga magnética positiva está hoy, quién lo creyera, del lado demócrata. Y es claro que una cosa es estar de subida en las encuestas, como lo está Kamala Harris, y otra congelado o de bajada como le ocurre a Trump. Aún así, queda mucha tela por cortar en esta contienda. Se vienen los debates y entonces veremos quién es capaz de arrancar a su contrincante unos puntos de más en las encuestas y unos votos adicionales que le permitan llegar a la Casa Blanca.

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