Un  estudio reciente identifica a China como el origen del cultivo de arroz y ha revelado que esta práctica comenzó hace más de 100,000 años. Los investigadores utilizaron análisis arqueológicos y genéticos para rastrear las primeras variedades domesticadas de arroz hasta las regiones húmedas y subtropicales del sur de China. Este descubrimiento es significativo porque reescribe la historia de la agricultura, destacando a China como un centro temprano de innovación agrícola. Además, subraya la importancia del arroz como un alimento básico que ha sostenido a civilizaciones durante milenios, mostrando cómo su cultivo y domesticación han evolucionado a lo largo de los siglos. Este hallazgo también abre nuevas vías para estudiar la dispersión de prácticas agrícolas a otras regiones de Asia y el mundo.

Después de que el arroz fue domesticado en China, se extendió a otros países de Asia, comenzando por el sudeste asiático. Se cree que el cultivo del arroz llegó a la India y luego se propagó hacia otras regiones del continente, como Japón y Corea. Desde Asia, el arroz continuó su expansión hacia otras partes del mundo, incluidas África y Europa, y finalmente llegó a las Américas con la colonización europea. Esta difusión convirtió al arroz en uno de los cultivos alimentarios más importantes a nivel mundial.

Según los nutricionistas, el arroz es un alimento beneficioso cuando se consume con moderación y como parte de una dieta equilibrada. Es una excelente fuente de energía debido a su alto contenido de carbohidratos complejos, y el arroz integral, en particular, ofrece más fibra, vitaminas y minerales en comparación con el arroz blanco. Sin embargo, se recomienda combinar el arroz con otras fuentes de proteínas, verduras y grasas saludables para obtener una nutrición más completa. Es importante variar la dieta para aprovechar todos los nutrientes necesarios.