Desafortunadamente, las mujeres reciben una compensación monetaria mucho menor que la de los hombres a pesar de realizar las mismas funciones.

Estadísticas laborales muestran que una mujer recibe 78 centavos en ocupaciones que un hombre recibe un dólar y es peor cuando la mujer es afroamericana o latina ya que entonces el pago se reduce a 64 y 56 centavos respectivamente.  Esto se debe acabar y el fútbol puede ser un catalizador que acelere el tiempo para que esta injusticia social sea solamente una triste historia que no se repita nunca en ningún país. 

La semana pasada cinco jugadoras del equipo femenino de USA presentaron una demanda en contra de USSF, la entidad que rige el fútbol en USA, alegando discriminación laboral ya que reciben menos dinero que los integrantes del equipo nacional masculino por, según ellas, desarrollar las mismas funciones.

Las demandantes presentan números que, si los analizamos sin tener en cuenta otros factores, les dan la razón de manera inmediata. Por ejemplo, dicen que un hombre recibe $5.000 por una derrota en un partido amistoso y hasta $17.625 por una victoria. En cambio, una mujer recibe $1.350 solamente si el equipo gana y no recibe dinero si empatan o pierden.

Hope Solo, la portera estrella del equipo nacional de USA lo dijo muy claramente: "Los hombres reciben más dinero que nosotras que ganamos campeonatos mientras que ellos no han ganado nada".  Y en esto estoy completamente de acuerdo con ella ya que las mujeres de USA han ganado la Copa Mundial en tres oportunidades, han sido cuatro veces campeonas en juegos olímpicos y arrancan como favoritas para llevarse la medalla de oro en los juegos de Rio 2016.

La desigualdad en las condiciones laborales de los dos equipos nacionales de USA empieza desde las negociaciones que USFF hace ya que tienen unos arreglos financieros para los hombres y otros para las mujeres.  Esto se ve reflejado en diferencias en salarios, condiciones de prestación de servicios, hoteles donde se hospedan y hasta viajes ya que los hombres la mayoría de las veces vuelan en clase ejecutiva mientras que las mujeres no.

Hay que apoyar al equipo femenino de USA en esta lucha ya que ellas están liderando una causa justa que busca acabar con la fea discriminación en contra de su género.  Y van por buen camino porque no solamente están hablando de salarios sino que además están demandando un mayor porcentaje de los ingresos de USFF que generan los jugosos contratos de patrocinio de reconocidas marcas nacionales y de derechos de televisión.

Espero que la Comisión para la Igualdad de Oportunidades de Empleo, la agencia federal que vigila los abusos en contra de la discriminación laboral en USA, emita una resolución rápida que corrija las injusticias que han venido soportando las futbolistas de USA. Ellas han demostrado ser excelentes deportistas que han puesto al futbol de este país en la posición de liderazgo mundial que han mantenido y muy seguramente mantendrán por mucho tiempo.

Parece que los escándalos en FIFA no se acaban

Han pasado solamente un poco más de dos meses desde que se instaló el nuevo comité ejecutivo de FIFA que prometió acabar con los continuos actos de corrupción de la anterior administración.  Desafortunadamente ya apareció una noticia que, de ser verdad, nos llevaría a pensar que hay nuevos dirigentes pero los escándalos continúan en la agencia que rige el fútbol mundial.

Esta semana se reveló que Gianni Infantino, nuevo presidente de FIFA,  en 2006 firmó un contrato de derechos de televisión de la Copa Europa con dos individuos que ahora aparecen en los archivos de Panamá Papers.  Estos son los documentos que listan a miles de personajes que han abierto millonarias cuentas bancarias en paraísos fiscales.  Esto en muchos países no es un delito pero el problema es que la mayoría de esas cuentas tienen como objetivo el evadir impuestos, lavar activos, pagar sobornos… lo que sí es un delito.

Ojalá el señor Infantino demuestre, como lo ha dicho, que sus actividades en Panamá fueron lícitas y por lo tanto ha actuado correctamente.  De lo contrario, la FIFA estaría nadando todavía en las turbias aguas de corrupción que dañan la imagen de la institución.