¡No tiren los niños!
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Una extraordinaria historia del espíritu humano, y el vehemente y poderoso deseo de vivir, tuvieron lugar recientemente en la provincia Jinhua, de China. Conmocionó al mundo la imagen de un bebé recién nacido, atrapado en la tubería de un retrete en un complejo residencial. ¿Cómo sobrevivió en un tubo de drenaje durante tres horas? Su llanto fue escuchado por una vecina del piso bajo y avisó a la policía. Los bomberos extrajeron con todo cuidado el tubo del drenaje y lo llevaron al hospital, en donde los médicos minuciosamente fueron rompiendo el plástico del tubo para no dañar al bebé que se encontraba atrapado, aún parcialmente dentro de la placenta; después de los cuidados posnatales fue alimentado con biberón, como un bebé nacido en condiciones normales.
Un blogger chino comentó: "Este incidente es vergonzoso para nuestra nación. La política gubernamental de 'Sólo un hijo' nos ha convertido en bestias. Nuestro recién elegido presidente habla del 'Sueño Chino', pero ¿es ésta la manera de iniciar la vida, en un retrete?"
La política de 'Sólo un hijo' ha provocado 300 millones de abortos y 200 millones de mujeres esterilizadas. Cada matrimonio chino puede tener sólo un bebé. El segundo hijo es abortado. La muerte de niños no deseados, particularmente niñas, quienes no tienen el mismo valor social que los varones, es frecuente en las provincias pobres en China. Sobre una alcantarilla fue desechado el cuerpo de una recién nacida mientras, durante horas, pasaban los transeúntes indiferentes, sin inmutarse. Al fin un anciano recogió el cuerpo de la niña, la puso en una caja de cartón y la tiró al bote de la basura. Nadie fue detenido, sólo la persona que tomó la fotografía y reportó lo sucedido. Una mujer.
Los oficiales chinos insisten que la política de 'Sólo un hijo' ha evitado a China la sobrepoblación caótica –como la experimenta la India. Los críticos aseguran que es un "experimento bárbaro de ingeniería social". El especialista en demografía, Profesor Paul Yip de la Universidad de Hong Kong declaró que 'Sólo un hijo' ha tenido consecuencias imprevisibles: La primera: 'Cuatro a uno', un hijo nacido en los 80's hoy tiene que mantener y cuidar a sus padres y a sus abuelos. (No existe el Seguro Social organizado). La segunda, 'El Síndrome del Pequeño Monarca': un niño único, sobreprotegido, con incapacidad de contender en el mundo de los adultos; el número de suicidios es elevado porque nunca tuvieron que competir con otro hermano o hermana y se sienten impotentes ante los desafíos del mundo moderno. El tercero: No hay suficientes jóvenes chinas con quienes contraer matrimonio. Se calcula que 50,000 mujeres por año son secuestradas de países vecinos y vendidas como "novias" en China.
El Profesor Paul Yip declaró a los medios: "En China la vida humana es barata; eso no es un fundamento sólido para nuestra sociedad. El valor que le damos a la vida refleja nuestra posición moral como sociedad. El gobierno estudia el problema: desean una sociedad humana y compasiva. Saben que si continúan con 'Sólo un hijo' pagarán un precio demasiado alto".
El caso del bebé atrapado en una cloaca fue el detonador para cuestionar la conciencia de la nación: Cuando una sociedad pierde sus valores, ¿cómo los recupera? ¿Cuáles son los valores que mantienen a una sociedad sana? ¿Existen valores que puedan asumirse en forma universal, independientemente de género, raza, estrato social, o religión?
Michael Josephson, fundador del Instituto de Ética en La Joya, California, y un grupo de educadores, filósofos y líderes de organizaciones no lucrativas y religiosas llegaron a la conclusión de que existen valores primarios en el individuo para el funcionamiento de una sociedad digna."Las Seis Columnas de la Persona Humana: Confiabilidad, Respeto, Responsabilidad, Justicia, Compasión y Ciudadanía". Los valores básicos mínimos del género humano. Asegurando esas seis columnas cada individuo puede, y debe, construir su propio edificio, agregando los valores propios de su cultura y religión. Sin los valores primarios, el individuo pierde su dignidad de persona, y la sociedad se convierte en un medio hostil y depravado. Josephson hace hincapié en que antes de enseñar valores, deben atenderse dos aspectos fundamentales: la pobreza y la desesperanza. Remediar éstos es el requisito para fortalecer las Seis Columnas de la Persona Humana.
¿Cómo enseñar responsabilidad a una juventud que vive la libertad irreflexiva de la Revolución Sexual? ¿Cómo enseñar compasión, confiabilidad, respeto, justicia, ciudadanía? Tarea difícil, en verdad. ¿Dónde encontrar maestros y padres de familia que practiquen estos valores? De no encontrarlos, ¿cuántos niños morirán entre la basura?
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