Todos los inviernos pasa lo mismo. Las personas mayores de nuestro alrededor enferman debido a las bajas temperaturas que pasamos. Gripes, resfriados, hipotermias, lesiones en la piel y las temidas caídas debidas a un suelo helado o húmedo, son los problemas más habituales. Mucho hemos hablado de la gripe en los últimos días pero igual de importante es conocer a fondo los otros riesgos que entraña el invierno.

Proteger la piel contra el frío

La piel de nuestro cuerpo está preparada para proteger a nuestro cuerpo de temperaturas menores a 98,6 F, que es la temperatura a la que habitualmente nos encontramos. Sin embargo, cuando la temperatura externa baja por debajo de los 32 F, los capilares de la piel se contraen, haciendo que no llegue suficiente oxígeno a nuestra piel, causando tirantez y sequedad. Las pieles más secas son las que suelen presentar más problemas. Hidratarla a fondo.

Caídas

Está demostrado que durante la época invernal se producen más caídas. El suelo mojado o helado hace que sea peligroso andar por la calle. Estas caídas son especialmente peligrosas para los más mayores, ya que sus huesos son más frágiles. Para prevenir este tipo de caídas es importante contar con zapatos con suelas antideslizantes. Además, las personas inestables deberán andar acompañadas o utilizando un bastón, siempre que este también sea antideslizante.

Hipotermia

Los casos de hipotermia entre mayores son muy habituales. Sus síntomas no son solo temblores y sensación de frío sino también disminución de la frecuencia cardiaca (latidos) y de la capacidad pulmonar. Esto hace que el enfermo se sienta torpe y cansado. Es esencial abrigarse contra la hipotermia. Para ello se recomienda contar con un abrigo especial para éste momento del año, que además sea impermeable y sea capaz de proteger contra el viento. Los piel son otro de los puntos cruciales en la lucha contra el frío. Utilizar unos calcetines especiales, cambiarlos todos los días y utilizar botas abrigadas, son otras de las recomendaciones para estos días invernales.

Mantenerse fuerte y con las defensas altas hará que pases un invierno sin sustos. Para ello recuerda hidratar bien tu cuerpo durante esta época del año. Prepara caldos y cremas de verduras calientes, infusiones y tés. Además, recuerda comer verdura y alimentos con vitamina D (atún, salmón, caballa, huevos..). Te ayudará a mantener tus huesos fuertes durante toda la estación.