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"Sentí que algo que se quedó allá, vino también"

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Esta imagen de San Mateo se trajó directamente del pueblo hace varios años. Armando Aparicio será el Mayordomo de la fiesta este año, es decir el organizador.

Hace 14 años que Armando Aparicio, residente del sur de Filadelfia, no visita su pueblo natal San Mateo Ozolco, en Puebla, México. Sin embargo, este año será “el mayordomo” de la celebración en Filadelfia de San Mateo, el santo patrón de su pueblo.

Este personaje es el encargado de la fiesta, desde organizarla hasta asumir los posibles $18.000 que costará.

Dicha celebración se ha realizado en la ciudad desde hace seis años y la comenzó el Charro Negro, quien dirige el Grupo Ozolco, una organización comunitaria de residentes del pueblo San Mateo Ozolco en Filadelfia.

Y es que no por nada el sur se ha ganado el sobrenombre de ‘Puebladelphia’ ya que según explicó Rubén Chico, también originario de Ozolco, danzante azteca y residente de la zona, el último censo en Ozolco realizado hace cinco años indicó que en el pueblo en México hay 4.500 “habitantes” y 2.500 de ellos están aquí.

“Ahora no sabemos si hay más o menos, pero en ese entonces en el pueblo había más mujeres y abuelos y acá estaba la gente joven”, dijo Chico.

“Ahora existe una conexión muy directa entre el pueblo y Filadelfia porque cuando llegan ya no están solos”, dijo Édgar Ramírez, quien a pesar de que no es de Ozolco, está muy involucrado en todas las actividades en el sur, además de administrar  el sitio mexicanosenphiladelphia.com.

Las tradiciones de esta fiesta emigraron junto con sus habitantes a Estados Unidos.

“Este año quisieron que la comunidad se involucrará más en la fiesta y por eso me pasaron el Santo a mí, y el año que entra se lo damos a alguien más”, dijo Aparicio.

Y literalmente le pasaron la estatua de San Mateo que esta comunidad mandó traer bendecida desde México especial para esta fiesta, y Aparicio la guarda y cuida con cariño en su casa hasta el día de la celebración.

Para Aparicio esta es una tradición  muy fuerte. “Es una fiesta que en el pueblo dura desde el sábado hasta el lunes. Se hace una misa, corridas de toros, la gente que vive en otros lados regresa para la fiesta, hay juegos mecánicos y pirotécnicos”, relató el mexicano.

Cuando emigró, cada 20 de septiembre pensaba en cómo la estarían pasando allá en la fiesta de su pueblo y esperaba ansioso que sus familiares le enviaran el video.

“Sí lo celebraba aquí con una comida, con mi familia o con personas de mi pueblo. Pero la primera vez que hicieron la fiesta en grande aquí en Filadelfia, el corazón se me estremeció al ver a todos los de mi pueblo reunidos. Sentí que ese algo que se quedó allá, vino también”, dijo Aparicio.

A esa primera fiesta que también se celebró en el parque Sacks acudieron alrededor de 150 personas, se regaló comida y fue algo más sencillo, pero año tras año ha ido creciendo y ahora son miles las personas, no sólo de Ozcolco, sino mexicanos e hispanos de todas partes los que acuden a celebrar.

“Quisiera que la fiesta se celebrará muchos años más. Quisiera que Filadelfia fuera otro Ozolco”, señaló el mexicano.

Este mexicano ahora tiene una nueva vida acá en el norte, en la que dos pequeñitos que son estadounidenses empiezan a entender la cultura de su padre.

“Mi hijo de cinco años ya identifica la bandera mexicana, está muy chico y en el escudo dice que hay un pollo”, dijo Aparicio entre risas, “pero poco a poco le vamos enseñando de dónde venimos”, agregó. “Esa es otra de las intenciones de la fiesta, conservar las tradiciones y que las nuevas generaciones entiendan que es México en realidad”, dijo Ramírez. 

Ya que, según explicó, entre mexicanos es común que los jóvenes nacidos aquí tengan perspectivas erróneas del país natal de sus padres.

“Yo me he dado cuenta que a veces los jóvenes nacidos aquí e hijos de inmigrantes idealizan a México o a veces piensan que es lo peor y estos eventos les ayudan a descubrir la realidad y que sepan por qué sus padres emigraron”, dijo Ramírez.

  En la gran “pachanga”, Aparicio, dueño del restaurante ‘El Zarape’, regalará mole, cuya pasta es traída directamente del pueblo porque “no sabe igual”, dicen los poblanos. La celebración será el próximo domingo 20 de septiembre en el parque Sacks, ubicado en las calles 4 y Washington y comenzará a las 9 a.m. y terminará a las 5 p.m.

Se presentarán diferentes grupos musicales, los danzantes del carnaval San Mateo Carnavalero y la danza azteca al cargo del grupo Ollin Yoliztlli Calmecac.

Además, habrá una misa ahí mismo en el parque al comienzo de la fiesta a la que se espera asistan 2.500 personas.

Para más información respecto a la fiesta llame al 240 421 6875.

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