Un estudio reciente publicado en el British Journal of Sports Medicine ha revelado que la práctica de actividad física, incluso a niveles mínimos, puede reducir el riesgo de muerte en personas con demencia hasta en un 30%. La investigación, liderada por Ga Eun Nam de la Facultad de Medicina de la Universidad de Corea en Seúl, analizó datos de 60,252 individuos recién diagnosticados con demencia entre 2010 y 2016. Los resultados mostraron que aquellos que mantenían o iniciaban una rutina de ejercicio después del diagnóstico presentaban una disminución significativa en la mortalidad, independientemente de la intensidad de la actividad física realizada.

Estos hallazgos subrayan la importancia de fomentar la actividad física en pacientes con demencia, ya que los beneficios observados se manifiestan sin importar la intensidad del ejercicio. La actividad física regular no solo contribuye a mejorar la salud física, sino que también puede tener efectos positivos en la función cognitiva y el bienestar emocional de las personas con demencia.

Es fundamental que los profesionales de la salud y los cuidadores alienten a los pacientes con demencia a incorporar actividades físicas en su rutina diaria, adaptadas a sus capacidades y preferencias, para promover una mejor calidad de vida y reducir el riesgo de mortalidad asociado a esta condición.