El peor escenario se cumplió. Miles de catalanes retaron al Estado español y salieron a la calle este domingo para votar en el referendum por la independencia de España, un referendum considerado 'inconstitucional' por el Tribunal Supremo y que Madrid ha querido impedir a toda costa.

Y desafortunadamente ese 'a toda costa'  se hizo real cuando patrullas de la policía nacional y fuerzas antidisturbios llegaron a los colegios electorales a primera hora de la mañana para desalojar a los ciudadanos concentrados en la entrada de las escuelas para proteger su derecho a voto. Una gran cantidad de ciudadanos durmieron dentro de las escuelas en la noche del viernes y del sábado, para evitar que la policía las precintara, siguiendo la orden judicial de desalojar los centros de votación antes de las 6 am. 

Las plataformas ciudadanas habían pedido a los vecinos que llegaran a las escuelas sobre las cinco de la mañana, y la gente obedeció, a pesar de la fina lluvia que caía a esa hora. Sin embargo, el 'cinturón humano' que protegía las escuelas no intimidó a las fuerzas del orden. Equipados con cascos y chalecos antidisturbios, arremetieron contra la población-muchos de ellos gente mayor- armada simplemente con su papeleta de voto.

El gobierno catalán ha denunciado más de 700 heridos en los altercados, que se repitieron en diversas partes de Catalunya. A lo largo del día, el gobierno central también ordenó el bloqueo de webs y servidores de internet para evitar el voto. Para el referndum, el gobierno catalán recurrió a un censo universal volcado en Internet, lo que permitió a los ciudadanos votar desde cualquier centro electoral.

"No había visto nada igual desde la época de Franco," dijo una señora mayor que esperaba poder votar en el colegio La Concepció, en el centro de Barcelona. Mientras hacía cola, su hija le mandó por whatsapp el video de los altercados sucedidos en el colegio de su pueblo, Tiana, a unos 15 km de Barcelona. En el video aparecen un grupo de policías antidisturbios agregando a los ciudadanos que protegían la escuela. Diversos episodios como este se han sucedido a lo largo del domingo, episodios que quedarán grabados en la mente de los catalanes por mucho tiempo. A su simple deseo de querer votar, el gobierno español ha respondido con porras y puntapiés.