Tijeretazo de Trump a la ayuda humanitaria a Palestina
EE.UU ha decidido retener una parte de su contribución a la Naciones Unidas para las ayudas a los refugiados palestinos.
Antes de terminar el año 2017, Donald Trump anunció una decisión encaminada a levantar la polémica en el mundo entero: reconocer a Jerusalén, ciudad santa para judíos, cristianos y musulmanes, como capital de Israel.
La reacción inmediata a la noticia fue el estallido de protestas sociales en Palestina y en Oriente Medio, además de levantar críticas de la mayoría de países occidentales. La decisión de trasladar la embajada americana de Tel Aviv a Jerusalén fue considerado un claro atentado contra décadas de esfuerzos por lograr la paz en Oriente Medio. Así se planteó a finales de diciembre en una conferencia extraordinaria celebrada en la sede Naciones Unidas en Nueva York, donde los países miembros fueron llamados a votar a favor o en contra de la decisión tomada por Trump.
Aunque el resultado de la votación no tenía carácter vinculante, el presidente de EE.UU fue muy claro: aquellos países que votasen en contra de su decisión de reconocer a Jerusalén como capital serían castigados sin recibir ayudas financieras de los EE.UU.
Un mes después, el presidente Trump ha cumplido con sus amenazas. Uno de los principales países afectados ha sido la propia Palestina (que, obviamente votó en contra, como la mayoría de países de la ONU).
La administración Trump ha confirmado esta semana que recortará 65 millones de dólares de su aportación anual a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa, por sus siglas en inglés).
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Los 65 millones forman parte de la aportación anual de 300 millones de dólares que EE. UU aporta a Palestina.
La decisión cuenta con en el “beneplácito” del primer ministro israelí, el conservador Benjamin Netanyahu, que el pasado junio acusaba a la ONU de perpetuar el problema de los refugiados palestinos, en lugar de resolverlo. Netanyahu, aliado de Trump, recibió con entusiasmo la decisión de EE.UU de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. Guatemala y Honduras han sido los dos países centroamericanos que se han aliado con la decisión de EE.UU de trasladar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén.
"Con los palestinos sin intención de continuar hablando de paz, ¿por qué deberíamos nosotros realizar estos inmensos pagos en un futuro?", tuiteó Trump el pasado 2 de enero, citado en EL País. "No es sólo a Pakistán al que pagamos miles de millones de dólares para nada, sino que hay muchos otros países (...) Por ejemplo, le pagamos a los palestinos cientos de millones de dólares al año y no obtenemos aprecio ni respeto", insistió.
La Unrwa se creó en 1949 para proteger a los descendientes de los palestinos desplazados con la creación del estado de Israel. Empezó con unos 750,000 refugiados y ahora se ocupa de más de 5 millones, pero está en una situación déficit presupuestario continuo, informa el diario español La Vanguardia.
Según este periódico, “la posición del Departamento de Estado y el Pentágono, favorable a mantener cierta financiación, hay que entenderla en términos de seguridad en la región. Si la Unrwa entrase en bancarrota, la situación de los palestinos se agravaría a condiciones extremas, poniendo en un aprieto a Israel, quien es el último responsable de la población en sus territorios ocupados.
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