Los voceros de Trump no le facilitan el trabajo
Los voceros del Presidente Trump parecieran obstaculizar el trabajo de la administración, gracias a su incapacidad para enfrentar el manejo de los medios.
La nueva era en la Casa Blanca pareciera necesitar más asistentes de comunicación y un buen asesor de imagen.
Ante el débil manejo de las comunicaciones por parte del Presidente – quien pareciera guardarse sus mejores argumentos para formatos de 140 caracteres – y el espectáculo diario del Secretario de Prensa al intentar manejar los enfrentamientos con los medios de comunicación, la nueva administración de los Estados Unidos se ha transformado en una comedia situacional con ediciones diarias.
Pero no son sólo las políticas y las posturas frente a los asuntos gubernamentales lo que más llama la atención del gabinete escogido por el Presidente Trump para asistirle en su gestión de gobierno, sino su aparente inhabilidad para mantenerse dentro de los límites de la corrección política y de la diplomacia a la hora de contra argumentar y defender lo que consideran que deben hacer como equipo de trabajo.
Por ejemplo, el jueves pasado, el nuevo administrador de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, Scott Pruitt, dejó escapar una opinión que desarma hasta al más optimista de los críticos. El abogado aseguró que el dióxido de carbono no es un “contribuyente primario” en el calentamiento global, asegurando que el asunto requiere más estudio y debate, según reporta The Atlantic.
Esta aseveración tan sólo confirma que el nuevo administrador abiertamente rechaza el consenso científico sobre el cambio climático, tal como habían manifestado los críticos de Trump cuando hizo públicas sus nominaciones al gabinete.
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Por su parte, el Secretario de Prensa Sean Spicer no reserva su impulsividad para los periodistas que acuden a escucharle en la Casa Blanca. El día de hoy, el Secretario ha sido acusado de racismo tras ser confrontado por una mujer cerca de la tienda Apple en Washington.
Según reporta The Guardian, Shree Chauhan, una mujer de 33 años que trabaja para una ONG en la capital, enfrentó a Spicer con teléfono en mano al preguntarle “¿Cómo se siente trabajar para un fascista? ¿Ha colaborado usted con los asuntos de Rusia? ¿Es usted también un criminal? ¿Ha cometido usted traición como el Presidente?” Si bien las preguntas de Chauhan no eran precisamente las más diplomáticas, la respuesta de Spicer superó cualquier expectativa: “Qué gran país es el que te permite estar aquí”. Shree Chauhan es ciudadana americana, nacida en Nueva York, de orígenes indios, y aseguró que la respuesta de Spicer hacía referencia a su color de piel.
Y finalmente la asesora de Trump, Kellyanne Conway, ha encabezado las polémicas por su discurso minado de incongruencias y comentarios fuera de lugar. Tras haber promocionado los productos de Ivanka Trump en una entrevista televisada y haber defendido el veto migratorio con un argumento históricamente erróneo, Conway ha sobrepasado su propia retórica con sus declaraciones del fin de semana en las que aseguraba que “el espionaje también puede ocurrir con microondas que se convierten en cámaras”, según reporta el diario El País.
La asesora pretendía defender las afirmaciones del presidente Trump sobre un supuesto espionaje de la Administración Obama a la Torre Trump durante la campaña electoral haciendo, de nuevo, un comentario que desafía la lógica más común.
Si bien es comprensible que los voceros del Presidente mantengan un lineamiento discursivo en apoyo a la administración, lo insustentable de sus argumentos y declaraciones pareciera jugar en contra del principio de transparencia y veracidad que debería respaldar cualquier gobierno.
Entender las consecuencias de tal discurso político, es sólo cuestión de tiempo.
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