"Los primeros indocumentados fueron los chinos"
Profesor asiático-latino investigó consecuencias de la exclusión de los chinos en EE.UU.
Dicen que la historia se repite. Así lo muestra el libro "Los chinos en México: 1882-1940", que cuenta la historia de los primeros indocumentados en Estados Unidos: Los chinos.
El profesor de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Robert Chao Romero, de 37 años, se inspiró en su propia búsqueda de identidad como asiático-latino para realizar este estudio sobre la llegada de los chinos a EE.UU., construyendo un panorama poco conocido sobre los problemas de estatus que enfrentaron estos inmigrantes.
"Tuve que pasar por un proceso muy largo para comprender mis orígenes. De niño pensaba que ser chino era algo malo y me incline más a ser hispano. Crecí en el suburbio Hacienda Heights (CA), donde en su mayoría todos eran anglosajones", dijo Romero en entrevista con AL DÍA.
La familia del padre de Romero llegó a EE.UU. en los años cuarenta. Era una familia adinerada que perdió su riqueza durante la revolución mexicana. En cambio, los familiares de su madre huyeron de China como refugiados políticos y religiosos del gobierno comunista, y llegaron en los años cincuenta.
Según Romero, profesor de Estudios Chicanos, fue hasta que ingresó a la escuela de Leyes de Berkeley que comenzó a explorar su herencia china. "Me pregunté cuál era mi identidad y fue toda una experiencia espiritual. Soy chino de parte de mi madre, y mexicano de parte de mi padre. También me pregunté ¿Qué significa la raza realmente?".
Toda su vida había asistido a una iglesia protestante de hispanos, pero un buen amigo le invitó a una protestante de chinos, un giro importante en su vida que le llevó a ordenarse como pastor hace dos años y combinar su búsqueda de identidad con el altruismo. "Me sentía muy apasionado en cuanto al tema de la raza y quería comprender desde la perspectiva de mi fe cuál era su significado".
Según Romero, durante sus cinco años de postgrado sobre Historia Latinoamericana en UCLA tuvo el llamado de hacerse profesor y utilizar la plataforma de las clases para hablar de temas como el racismo, la injusticia y la discriminación. "Me di cuenta que no quería practicar leyes sólo por el dinero".
Allí empezó a escribir el libro y utilizó la historia de un inmigrante chino, Pablo Chee, para contar la historia de los miles de inmigrantes asiáticos de la época. "Encontré la historia de Pablo Chee en los Archivos Nacionales de EE.UU.; el gobierno mantuvo registros meticulosos sobre los chinos que entraron al país y los llamó expedientes de la Ley de Exclusión China".
Chee emigró en 1901 de Guangdong (China) a Chiapas (México), donde se convirtió en un exitoso comerciante y se casó con una mexicana. Poco tiempo después obtuvo su permiso para entrar a EE.UU. y llevar consigo a su esposa e hijo a California. En ese tiempo surgió el sentimiento anti-chino en la unión americana.
"De 1882 hasta 1943 se les prohibió a trabajadores chinos emigrar hacia Estados Unidos. La Ley de Exclusión de China se desarrolló en California. El problema con los Chinos fue que trabajaban por pagas sumamente baratas, en la agricultura y sobretodo en la industria manufacturera. Los trabajadores blancos no podían competir con eso y comenzó el sentimiento anti-chino".
Romero explica en su libro que el partido demócrata de la época se estaba recuperando de sus pérdidas políticas de la Guerra Civil y se dieron cuenta de que podían obtener votos si continuaban alimentando el sentimientos anti-chino. "Se puede ver un paralelo hoy en día, el Partido Demócrata utilizó a los chinos como chivos expiatorios para ser elegidos en California". Su campaña política influenció la legislación a nivel nacional y así fue que el Congreso número 47 aprobó dicha ley el 6 de mayo de 1882.
Los chinos se vieron obligados a establecerse en el norte de México, donde trabajaron en haciendas y como trabajadores domésticos. Muchos se convirtieron en comerciantes y comenzaron a abrir tiendas pequeñas, desarrollaron un monopolio de comercio, lo cual tampoco fue bien recibido por los habitantes mexicanos. Un grupo de negociantes de Sonora, estado del norte de México, formaron la primera organización anti-china y se comprometieron a vencer los negocios de los chinos por todos los medios legales posibles, explicó Romero.
La situación de despojados entre ambos territorios fue una etapa incómoda para los chinos, y Romero asegura que la mayoría se asentó en México sólo con el plan de ingresar nuevamente a Estados Unidos. La Ley de Exclusión de China hizo de estos los primeros inmigrantes indocumentados, mucho antes de los latinoamericanos.
El ingreso al territorio estadounidense ocurría mediante tren, barco y hasta por intermedio de un coyote. "Al comienzo del siglo XX virtualmente no había restricciones para que los mexicanos entrasen a EE.UU., sino que los chinos eran el blanco. Así que ellos mismos desarrollaron sus propias técnicas para entrar al país, los chinos las inventaron".
De acuerdo con el Censo 2000 hay 319.334 asiáticos-latinos en Estados Unidos, lo cuales se concentran en áreas con un alto número de inmigrantes latinos. Se estima que los estados con mayor número de asiático-latinos son Nueva York con 21.102, Texas con 21.401 y California con 125.660.
Después de terminada su investigación, Romero dice que atesora sus dos orígenes, y que su investigación es una síntesis indirecta de estos mismos. "Ambos me hacen ser quien soy y estoy muy orgulloso de ellos".
"Me encanta la pasión de la cultura hispana, lacercanía de la familia, las profundas conexiones emocionales entre familia, la comida... sé español, me siento más cómodo hablando en inglés, investigué para mi libro con datos en español, sólo necesito practicar más" asegura.
Dice que la comida china es su favorita y aunque nunca ha visitado China, definitivamente está en sus planes. "El aspecto que más me gusta de la cultura china es que la educación es el camino para que cualquiera adquiera movilidad social. La posición más alta que uno puede obtener no es riqueza, ni ser un empresario sino un académico. Aprecio mucho ese valor".
"Es inmoral beneficiarse de los indocumentados"
"Soy un defensor de la reforma migratoria integral, es inmoral e injusto beneficiarse del trabajo de los indocumentados y simultáneamente culparlos de los conflictos económicos del país".
Romero fundó Estudiantes Cristianos de Consciencia para movilizar y entrenar estudiantes sobre temas de injusticia y fe. "La mayoría de nuestro trabajo ha sido sobre inmigración, el tráfico humano y especialmente apoyo a estudiantes universitarios indocumentados, ayudándolos a conseguir becas".
California es uno de los estados que permite que indocumentados asistan a la universidad, y desde el 2001 hizo efectiva la Ley AB 540 que permite que estudiantes indocumentados que tengan tres años asistiendo a una preparatoria en California puedan asistir a la universidad y pagar una cuota de matrícula estatal en lugar de cuota de matrícula como si fueran de fuera del estado. "Antes era prácticamente imposible que pudieran pagar la universidad".
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