El aumento de “casi el cuádruple” de las muertes por sobredosis de drogas en los últimos años, y el repunte del 14 por ciento de los homicidios a lo largo del pasado, han hecho mella en la esperanza de vida de Filadelfia, que en 2017 se redujo, según datos del informe publicado por el Departamento de Salud Pública de la ciudad la pasada semana.

Este descenso, que sitúa la esperanza de vida en 79,7 años para las mujeres y 72,4 para los hombres,es “uno de los hallazgos más nefastos [del informe]”, señaló la municipalidad. La población afroamericana de Filadelfia se encuentra por debajo del promedio —situado en 69,1 para los hombres, el más bajo en la ciudad, y en 77,9 para las mujeres, también el más bajo entre las habitantes femeninas—.  

La esperanza de vida en todos los EE. UU. ha estado decayendo desde 2015, en gran parte gracias a la epidemia de los opioides y el aumento en las tasas de suicidio. Esta es la caída sostenida más larga en 100 años, desde la Primera Guerra Mundial y la pandemia de gripe, informó el Washington Post.

Las sobredosis de drogas fueron la tercera causa principal de muerte en Filadelfia en 2017, después de las enfermedades cardíacas y el cáncer.

La mayoría de las sobredosis de drogas en la ciudad estaban relacionadas con los opioides; estas muertes aumentaron por 46 por ciento a lo largo del año anterior, a 59 entre cada 100,000 personas.

En general, 914 residentes de Filadelfia sufrieron sobredosis de opioides, el 84 por ciento de estos por consumo de fentanilo. La situación es peor entre la población de raza blanca de la ciudad.

El informe señaló que las sobredosis mortales “sólo representan la punta del iceberg”. Más de 8,000 personas visitaron las salas de emergencias debido a sobredosis de drogas no mortales, y la municipalidad agregó que muchos más sufrieron sobredosis no mortales que fueron atendidas fuera del hospital.  

El aumento de la violencia en Filadelfia también contribuyó a la baja en la esperanza de vida. El departamento de la policía registró 315 homicidios en 2017, número que subió comparado con los 277 del año anterior, y un aumento de 28 por ciento desde el 2013.

La población afroamericana sufrió un golpe especialmente duro en esta área, con 36.7 muertes por homicidio entre cada 100,000 personas. Este casi duplica la tasa municipal promedio, y es cerca de diez veces mayor a la experimentada por la población de raza blanca de la ciudad. Los Latinos se sitúan directamente debajo del promedio municipal, con 17.6 muertes por suicidio entre 100,000.

Mientras tanto, el 23 por ciento de los residentes de Filadelfia fuman cigarrillos, el porcentaje más alto entre las principales ciudades en el país, según el informe.

Más de un tercio de la población adulta de la ciudad sufre de obesidad, al igual que una quinta parte de los niños y niñas.

Los índices de obesidad, que exponen a las personas a mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como presión alta, diabetes tipo 2, asma, y enfermedades cardiovasculares, según el informe, son más altos entre los Latinos y los afroamericanos en la ciudad.

También hay resultados positivos. El índice de mortalidad infantil sigue bajando, al igual que las tasas de obesidad, el uso de cigarrillos y ingestión excesiva de bebidas alcohólicas entre los niños.

La municipalidad también reconoció la importancia del impuesto sobre las bebidas gaseosas del alcalde Kenney en la reducción “del consumo diario de bebidas endulzadas con azúcar entre adolescentes y adultos”. Entre los adolescentes, la baja fue de cuatro por ciento en comparación con el 2015.

Por último, el informe resaltó la mejora continua en las primas de seguro. Menos de 10 por ciento de los adultos en Filadelfia actualmente no cuentan con seguro, comparado con 20.5 por ciento en el 2013.

La baja en el índice de personas no aseguradas fue asistida por la expansión de Medicaid, la cual ha aumentó su inscripción a más de uno de cinco residentes de Filadelfia actualmente, señaló el informe.

El índice de los no asegurados entre los adultos Latinos en la actualidad, sin embargo, es de 20 por ciento, significativamente más alto que el promedio de la ciudad.

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