Andrew McCabe no aguantó la presión.

El "número dos" del FBI, mano derecha del director James Comey, despedido en 2017 por el presidente Donald Trump, abandonó este lunes su puesto y dejará oficialmente la agencia a mediados de marzo.

La salida de McCabe del FBI se produce después de haber recibido numerosas críticas por parte del presidente Trump, quién se siente acosado por la investigación que lleva a cabo el FBI sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, en coordinación con su equipo.

McCabe fue además la mano derecha del director James Comey, quien lideró la investigación del mal uso del servidor de correo de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, rival de Trump en las presidenciales de 2016.

“Demasiados dardos, la mayoría envenenados”, concluye el diario barcelonés La Vanguardia al analizar la dimisión de McCabe, convertido en “la diana preferida de varios congresistas conservadores y en especial del presidente Trump”.

La noticia de que McCabe pensaba jubilarse en marzo ya se filtró en diciembre, pero ha decidido anticipar su decisión ante las constantes presiones por parte del mandatario, que le ha llamado codicioso y corrupto. Su esposa, Jill McCabe, era candidata demócrata al Senado por el estado de Virginia.

“¿Cómo puede el subdirector del FBI, Andrew McCabe ser el hombre al cargo, junto al filtrador James Comey, de la falsa investigación a Hillary Clinton (incluidos sus 33.000 emails borrados) cuando las marionetas de Clinton le dieron 700.000 dólares a su esposa para su campaña durante esa la investigación?”, escribió en un tuit el presidente, el año pasado.

La portavoz de la Casas Blanca, Sarah Huckabee Sanders, ha asegurado que la salida de McCabe no tiene nada que ver con la Casa Blanca y que el presidente Trump no ha presionado en ningún modo en la decisión. No obstante, la decisión de McCabe ensombrece a la administración Trump en cuanto a la investigación que lleva a cabo el fiscal especial Robert Mueller acerca del Rusiagate, como se conoce la posible coordinación entre el equipo de Trump y Moscú para ganar las elecciones presidenciales de 2016.

Según el diario El País, “sobre McCabe pendía una doble espada. Por un lado, los republicanos, liderados por Trump, le reprochan su papel a la hora de dar carpetazo al caso de los correos de Hillary Clinton. El presidente lo interpretó como un intento de salvar a su rival, delatando la posición favorable del FBI con los demócratas.

Por otro lado, según El País, Trump apunta a una caza de brujas la investigación que el FBI está realizando sobre la posible coordinación entre el equipo de Trump y Moscú para ganar las elecciones, el llamado Rusiagate.