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El Presidente Trump ofrece una rueda de prensa desde el Rose Garden, en la Casa Blanca. Washington. EFE/JIM LO SCALZO
El Presidente Trump ofrece una rueda de prensa desde el Rose Garden, en la Casa Blanca. Washington. EFE/JIM LO SCALZO

Silencio e insensibilidad: la incapacidad de Trump ante la muerte de cuatro soldados en Níger

Trump se enfrenta de nuevo a las consecuencias de su insensibilidad.

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Tormentas, fuegos, tiroteos y fracasos resumen la breve presidencia de Donald Trump. Desde el 4 de octubre, se suma a esa lista el asesinato de cuatro soldados de las Fuerzas Especiales estadounidenses en la frontera entre Níger y Mali, lo que muchos han considerado como el “peor incidente de combate” desde que el magnate asumió el poder.

Los “boinas verdes” formaban parte del 3er Grupo de Fuerzas Especiales que asistían a sus contrapartes nigerinos con entrenamiento contraterrorista, cuando fueron sorprendidos con una emboscada en una zona remota del país, aseguraba entonces el diario The New York Times.

Al conocerse la noticia, el presidente estadounidense no se dio por aludido y mantuvo una pelea quijotesca en Twitter contra los medios, que se prolongó por varios días.

Tras la clarificación de las circunstancias y el conocimiento de los soldados fallecidos, el presidente Trump siguió sin manifestarse, entre juegos de golf, orgullos heridos (con la NFL, por ejemplo), y fantasmas políticos.

La sorpresa para todos fue, como bien lo describió el Washington Post, que “un presidente conocido por sus coloridos comentarios sobre las noticias, no haya dicho nada de lo que sucedió en Níger durante doce días”.

No fue hasta el pasado día lunes que una periodista le interpeló en el Rose Garden preguntándole sobre su atípico silencio sobre el caso.

La respuesta del presidente, entre excusas incongruentes, fue nuevamente la de asumir que su respuesta ante los soldados “que han hecho el último sacrificio”, siempre ha sido mejor que la de sus predecesores, en especial la de Barack Obama.

“Me sentí muy mal al respecto (…) esas son siempre las llamadas más difíciles que tengo que hacer”, dijo el presidente. “Todo lo que puedo hacer es preguntarle a mis generales. Otros presidentes nunca llamaron. Ellos escribían cartas, y algunos nunca hicieron nada”, aseguró.

Siendo de conocimiento público las reacciones de presidentes como Obama y Bush ante circunstancias parecidas, un periodista le exigió a Trump que explicara si realmente creía que eso era cierto, ante lo cual el presidente tropezó intentando reconstruir lo que había dicho.

“No sé si lo hizo”, dijo sobre Obama. “Me dijeron que no lo hacía con frecuencia, y muchos presidentes no lo hacen. Escriben cartas. Yo sí lo hago, hago una combinación de ambas cosas”, explicó.

Según funcionarios de la Casa Blanca, el informe completo sobre los fallecidos y las circunstancias en las cuales se llevaron a cabo los hechos, no llegó a manos del presidente hasta el pasado lunes, cuando procedió a llamar a los familiares de las víctimas.

Una de ellas fue la viuda del Sargento David T. Johnson, Myeshia Johnson. Según declaró la representante demócrata de la Cámara de Representantes de Florida, Frederica S. Wilson – quien acompañaba a la viuda en el momento de la llamada – los comentarios del presidente Trump fueron más que insensibles.

“Le dijo que (el Sargento) sabía a lo que se había unido, pero que suponía que de todas formas dolía”. Wilson recordó en una entrevista con el Washington Post que Johnson rompió a llorar. “Me provocó agarrar el teléfono e insultarlo”, dijo la congresista.

Army Sergeant La David T. Johnson

La Casa Blanca no desmintió los comentarios. Por el contrario emitió un comunicado en el que aseguraba que “las conversaciones entre el Presidente y las familias de los héroes estadounidenses que han hecho el último sacrificio, son privadas”.

Pero durante el día miércoles Trump se defendió a través de su cuenta en Twitter asegurando que las declaraciones de Wilson eran “completamente fabricadas” y que él poseía “pruebas” de que la conversación no se había llevado a cabo de esa manera.

En una entrevista con MSNBC, Wilson mantuvo sus comentarios y aseguró que la llamada del presidente había sido “horrible e insensible”. “Ella estaba llorando, y dijo ‘ni siquiera recordó su nombre’”, aseguró Wilson.

Asimismo, y en un comentario con la cadena CNN, Wilson calificó a Trump de “hombre enfermo”. El presidente se defendió utilizando un ejemplo concreto, el de su jefe de gabinete, el general John Kelly, uno de cuyos hijos murió mientras servía en Afganistán en 2010, según informó EFE.

“Pueden preguntar al general Kelly si recibió una llamada de Obama. Pueden preguntar a otra gente. Yo no sé cuál era la política de Obama. Yo escribo cartas y también llamo”, afirmó Trump en una entrevista de radio con Fox News.

Esta no es primera vez que la insensibilidad del presidente Trump mancha su gestión.

Peter Wehner, asesor y redactor de discursos para el presidente George W. Bush, dijo en una entrevista que “comunicar empatía y compasión ha sido para Trump como ‘hablar una lengua extranjera’”.