La semana pasada, el presidente Donald Trump volvió a castigar con su látigo conservador.

Los que se llevaron el latigazo fueron los científicos del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el principal organismo de salud pública de EE.UU, que el jueves recibieron la orden de la Administración Trump de no utilizar en sus informes siete vocablos concretos, entre los que se incluyen “diversidad”, “transgénero” o “feto”.

Todas ellas son palabras que se utilizan principalmente en informes utilizados para solicitar presupuestos relacionados con programas nacionales de prevención de VIH/Sida, Hepatitis Viral, Enfermedades de Transmisión Sexual o Prevención de la Tuberculosis.

“La orden supone un giro conservador en la definición y narrativa de asuntos como el aborto o la orientación sexual, algo que la Casa Blanca ya ha impulsado en otros áreas del Gobierno”, reportó diario El País.

Desde que fue nombrado presidente, el presidente Trump ha intentado meter mano en cómo tratar los temas de orientación sexual, la identidad de género o los derechos al aborto, “temas que fueron incluidos en la agenda nacional durante la administración Obama,” observa el diario El Mundo.

Los medios españoles critican que la lista de vocablos vetados – entre los que también se incluye la expresión “basado en métodos científicos” – va en contra de los intereses del colectivo LGTB, más vulnerable al uso de estos documentos.  

“Está más claro que nunca: esta administración ha ninguneado la salud de las mujeres, el colectivo LGBTQ y la ciencia desde el minuto uno”, denunció en un comunicado Planned Parenthod, el proveedor federal de salud para mujeres, cuya financiación está en el punto de mira de los republicanos en el Congreso.  

Cabe recordar que el presidente Trump también ordenó la entrada de los transgénero en el Ejército, pero la justicia bloqueó esta orden.