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El lado más humano de Joseph Stiglitz

El lado más humano de Joseph Stiglitz

Una cita en retraso inspiró el trabajo más reciente del editor argentino, Diego Fonseca, y su nueva publicación 'Joseph Stiglitz detiene el tiempo'.

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La más reciente publicación electrónica del editor argentino, Diego Fonseca, 'Joseph Stiglitz detiene el tiempo' es un particular perfil del economista norteamericano (en la imagen) que reúne detalles poco conocidos.

Al haber devorado con anticipación todo texto posible sobre el economista Joseph Stiglitz, el editor Diego Fonseca estaba listo para una conversación intensa y metódica con este ganador del Premio Nobel de Economía 2001.

Fue en 2011 en la Universidad de Columbia (NY) que Fonseca tuvo la oportunidad, no solo de confirmar la genialidad del economista, sino también de conocer su impuntualidad crónica y uno que otro detalle inimaginable.

"Acompañé a una misión de la Corporación Interamericana de Inversiones para visitar su despacho en la universidad. Tuvimos que bajar y subir varias veces porque Stiglitz no llegaba a la cita, hasta que finalmente lo encontramos en el ascensor mientras subíamos de nuevo a su oficina", contó el periodista argentino en entrevista telefónica.

Con este mismo anécdota es que Fonseca inicia su más reciente publicación 'Joseph Stiglitz detiene el tiempo', un particular perfil del economista que reúne los detalles menos conocidos y más humanos del Nobel.

"Mientras Stiglitz hablaba acerca del crédito en las naciones en desarrollo y de los problemas que tienen los sistemas financieros privatizados en los países en desarrollo levantó la mano y se rascó la cabeza. Me llamó la atención su reloj y me di cuenta que traía mal la hora. Con razón este tipo había llegado tarde", dijo Fonseca.

Fue así que el periodista se dio cuenta que este hombre con cuantiosas investigaciones de prestigio mundial tiene hora propia. 

"Para Joseph Stiglitz llegar tarde parece ser la etiqueta adecuada que facilita la entrada a tiempo a los combates del Halo de la economía", describe el argentino en su libro.

Enumerar los cargos y aportes del economista estadounidense se requeriría un poco más que esta página, así que solo por mencionar algunos podemos recordar que de 1997 al año 2000 se convirtió en el economista principal y vicepresidente del Banco Mundial.  

En 2008 fue invitado por el entonces presidente francés Nicolas Sarkozy para presidir la Comisión para la Medición del Desempeño Económico y el Progreso Social, que publicó su informe final en septiembre del 2009. 

Ese mismo año fue nombrado por el presidente de la asamblea general de las Naciones Unidas como presidente de la Comisión de Expertos para la Reforma del Sistema Financiero y Monetario Internacional.

Pero curiosamente lo que más le impresionó al periodista en aquel primer encuentro con Stiglitz fue su sonrisa.

"El hombre relaja el nervio: a su lado parece que el capitalismo no se desmoronará jamás. La sonrisa de Stiglitz es breve, de labios finos,  siempre a punto de soltarse; ese gesto dubitativo que los tímidos muestran cuando parecen recordar una picardía", describe el autor en su publicación.

"Lo que a mi me sorprendió mucho es la ligereza con la que se comporta, me parece un tipo bastante simple y se comporta como tal. Suelen compararlo con Mel Brooks por su parecido físico, aunque a mi me recuerda más al profesor Tornasol, de la serie de 'Las Aventuras de Tintín', en su forma de actuar", dijo Fonseca. "Aunque por supuesto que no deja de ser un Nobel. Mientras tú le presentas un tema, él ya lo elaboró, lo resolvió en su cabeza y te responde pensando en el siguiente punto a tratar, por ende a veces puede costar trabajo entenderlo".

Para Fonseca, por mucho tiempo los economistas han sido personas con ciertos estereotipos, en sus propias palabras, que usan trajes fuera de moda, peinados para atrás y encerrados en una especie de laboratorio dentro de las universidades. 

"Ahora son seres pop, como Paul Krugman que tiene su blog en The New York Times, o Nouriel Roubini que se ha auto parodiado en SNL. Creo que saben que si vas a librar cierto tipo de discusión o batalla por tus ideas, tienes que tener la capacidad de poder comunicarlas bien", agregó.

Nacido en Argentina en 1970, Fonseca hoy en día reside en Washington D.C. donde asesora y dirige proyectos de comunicación y periodismo digital en Estados Unidos, México, Chile, Perú y Argentina.

 Es editor asociado de la revista de crónicas Etiqueta Negra y se desempeñó como editor general para América Latina de AméricaEconomía, la principal revista latinoamericana de economía y negocios, y como editor adjunto de MercadoCórdoba, en Argentina.

Es además uno de los columnistas de Al Día Café.

Por lo general escribe más en español aunque confesó que ha comenzado a pensar en inglés, lo cual ha comenzado ha influir mucho en su estilo. 

Agregó que le gusta pensar las cosas en términos estructurales y encontrar un ángulo que le cuente una historia interesante.

"Me interesa que los textos que escriba tengan la capacidad de buscar alguna idea o algún principio universal que es lo que hace que tenga la capacidad de sobrevivir al paso del tiempo", comentó el argentino.

Se considera más un editor que un reportero, y lo que más le inspira es el espacio entre el desconocimiento y el instante en el que descubre un dato o historia interesante.

"Trato de enfocarme en temas aburridos, temas áridos y complejos que pueda hacer fáciles de leer.  Que se vuelva interesantes, atractivos, entretenidos y que al mismo tiempo perduren", concluyó.

'Joseph Stiglitz detiene el tiempo' (2013) es publicado en versión e-book por la editorial eCícero y puede adquirirse en la página www.ecicero.es