Dolor y lágrimas en Las Vegas
Ante la peor masacre con armas en la historia moderna de EE.UU, el resto del mundo se pregunta atónito por qué ningún presidente norteamericano no ha prohibido…
¿Cuándo, cuándo llegará el día en que un gobierno de EE.UU prohíba definitivamente las armas de fuego?
Esa era la pregunta qué se hacían ayer miles de europeos al descubrir en los medios a primera hora de la mañana la tragedia que se produjo en Las Vegas mientras ellos se acostaban.
La peor masacre en la historia moderna de EE.UU fue producida por Stephen Paddock, un hombre blanco de 64 años, que se había instalado en la habitación del piso número 32 en el hotel Mandalay Bay para disparar a bocajarro a los asistentes de un concierto al aire libre. Después se suicidó. En el tiroteo murieron 59 personas y más de 500 resultaron heridas.
“Sigo diciendo que ha sido una mala película que ya has visto pero que nunca te imaginas que pueda ser la vida real,” dijo Jake Owen, uno de los asistentes al concierto, al diario español La Vanguardia.
La agencia EFE habló con Carlos R, un enfermero latino de Las Vegas, que llevaba 20 horas ayudando a las víctimas desde que ocurrió el tiroteo, sobre las 22h de la noche del domingo.
“Mi amigo fue con otros conocidos míos al concierto de Jason Aldean. Uno de ellos va de caza todo el rato y sabe perfectamente cómo suena un balazo, así que echó a correr de inmediato junto al resto. Pero mi amigo no estaba en ese momento con ellos. Debió ir a por una bebida o algo así. Desde entonces, no contesta al teléfono", explicó Carlos a Efe.
Más de 22.000 personas estaban esa noche en el concierto de Route 91 Harvest. Los que han sobrevivido, intentan superar el drama vivido con la ayuda de voluntarios. Hay decenas de personas en todo el país que esperan con ansiedad saber algo de sus familiares, temerosos de que sus cuerpos se encuentren entre los de los fallecidos.
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"El tirador pensaba que podía destruir lo que somos, pero eso nunca ocurrirá", manifestó Carolyn Goodman, alcaldesa de Las Vegas, durante la vigilia organizada la mañana posterior, asistida por Troy Martinez, pastor de la metrópolis del juego.
“Un acto del puro mal”, lamentó ayer el presidente Donald Trump en su discurso frente a la nación.
Según La Vanguardia, “en las palabras de Trump no hubo diatriba alguna al estilo de las que suelta al referirse a los radicales islamistas, ni tampoco muestra de preocupación por el exceso de armamento en este país.”
En su campaña como candidato republicano a las presidenciales, Trump se mostró como defensor de la Segunda Enmienda, que da derecho a tener armas, y como amigo de la Asociación Nacional del Rifle (NRA).
El ISIS ha reclamado la autoría de los hechos, pero según el portavoz del FBI al cargo del crimen "no existe hasta ahora ningún vínculo conocido entre el tirador y ningún grupo extranjero conocido.”
El diario El País informaba que la última masacre de esta magnitud con armas de asalto fue la perpetuada en la discoteca Pulse, en Orlando, Florida, donde murieron 50 personas. Pulse era una discoteca de ambiente gay, lo que impulsó a buscar pistas sobre la motivación del asesino de Las Vegas en un primer momento.
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