Según un nuevo informe publicado por el Comité Judicial de la Asamblea estatal, el ex gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, utilizó a empleados estatales para ayudar a escribir, editar e impulsar un libro por el que cobró más de 5 millones de dólares y no fue "totalmente transparente" sobre las muertes en residencias de ancianos COVID-19. 

El informe también encontró "pruebas abrumadoras" que apoyan las acusaciones de que Cuomo acosó sexualmente a numerosas mujeres. 

"La conducta del ex gobernador -como se muestra en este informe- es extremadamente preocupante y es indicativa de alguien que no es apto para el cargo", dijo en un comunicado el presidente del Poder Judicial, Charles Lavine. 

El informe de 46 páginas fue realizado por un bufete de abogados que el Comité Judicial contrató como resultado de una investigación de impugnación de Cuomo a principios de este año.

El comité dijo que los investigadores examinaron "cientos de miles de páginas de documentos", incluyendo correos electrónicos, mensajes de texto, fotografías, cuentas de redes sociales y registros de llamadas telefónicas, y entrevistas de más de 200 personas. 

Cuomo dimitió en agosto después de que un informe de la fiscal general del estado, Letitia James, determinara que había acosado sexualmente a 12 mujeres. El Comité Judicial llegó a la misma conclusión, diciendo que su investigación encontró que "hay pruebas abrumadoras de que el ex gobernador participó en el acoso sexual." 

Cuomo ha negado repetidamente haber tocado a nadie de forma inapropiada, pero ha reconocido que su comportamiento ha hecho que la gente se sienta incómoda. Cuando dimitió, pidió disculpas por sus acciones y agradeció a las mujeres que se presentaron, pero siguió insistiendo en que no tenía intención de acosar a ninguna de sus acusadoras. 

El informe también reveló que Cuomo utilizó recursos estatales para escribir y promocionar su libro, American Crisis: Lecciones de liderazgo de la pandemia del COVID-19.

Cuando Cuomo recibió el permiso de una comisión estatal de ética para escribir el libro, aceptó que "no se utilizara ninguna propiedad, personal u otros recursos del Estado para actividades relacionadas con el libro".

Pero según el informe, este acuerdo no duró ni un día. Cuomo recibió permiso para seguir adelante con el libro el 16 de julio. Ese mismo día, "los metadatos del acuerdo electrónico muestran que un alto funcionario de la cámara ejecutiva firmó el nombre del ex gobernador en el contrato en su nombre".

A pesar de la pandemia que se estaba extendiendo por su estado, Cuomo tenía a varios empleados estatales trabajando en el libro, incluyendo al menos a un miembro del grupo de trabajo COVID del estado. 

"Estos altos funcionarios asistieron a reuniones con agentes y editores, transcribieron y redactaron partes del libro, coordinaron la producción y promoción del libro y participaron en sesiones de trabajo para revisar y finalizar el libro", dice el informe. 

El informe también constata que los miembros subalternos recibieron la tarea de trabajar en el libro y que ésta no fue voluntaria. 

"Los funcionarios subalternos fueron invitados por los altos cargos de la cámara ejecutiva a realizar tareas relacionadas con el libro como parte de su trabajo habitual", afirma el informe.

El informe también sugirió que la promoción del libro podría estar relacionada con la forma en que el estado informó del número de muertes en residencias de ancianos relacionadas con el COVID. En un informe de este año, el fiscal James descubrió que la administración había subestimado las muertes hasta en un 50%. 

La investigación de la Asamblea se centró en un informe de julio del Departamento de Salud del estado sobre las muertes en residencias de ancianos que había sido ordenado por la oficina del gobernador, y que la administración había pedido que se modificara. 

"Surgió un debate sobre si se debía incluir una cifra que incluyera todas las muertes de los residentes de las residencias de ancianos, o una cifra más baja que incluyera sólo las muertes ocurridas dentro de las residencias de ancianos", señalaba el informe de la Asamblea. 

El informe del Departamento de Salud, que se elaboró mientras Cuomo trabajaba en su libro, se decantó por la cifra más baja, que no tenía en cuenta a los residentes de residencias de ancianos que murieron en hospitales o en otros lugares. 

El informe de la Asamblea concluyó que, aunque los datos eran técnicamente precisos, podrían haber sido más transparentes. También señalaba que los testigos afirmaban que "el mismo alto funcionario de la cámara que actuó como persona clave para el libro tomó la decisión de que sólo se incluyeran las muertes en los centros". 

Las conclusiones contenían algunas buenas noticias para Cuomo, al afirmar que, debido a su dimisión, ya no podía ser sometido a un juicio político. Varios legisladores habían pedido que el Comité procediera a la destitución a pesar de su renuncia.