A las siete de la noche el salón lucía solo y lúgubre, la iluminación del lugar hacía pensar en cualquier cosa, menos en que el sitio era el escogido para celebrar lo que hasta poco antes se esperaba: que Richard Negrín se convirtiera en el candidato oficial del partido demócrata a la Fiscalía Distrital de Filadelfia y el primer latino en ganar unas elecciones que convocaron a la totalidad de la población.

A las 7:45, miembros del equipo -con carteles y cinta adhesiva en mano-, trabajaban en los últimos detalles de la recepción, programada a las 8:00 pm, hora que marcó el cierre de las elecciones primarias de Filadelfia. 

Amigos, familiares y partidarios fueron llegando poco a poco. El ánimo general era de optimismo; los rumores hablaban de una muy posible victoria. Conforme la autoridad electoral actualizaba el conteo de votos, los gestos cambiaban: de la alegría a la preocupación. Al final un halo de satisfacción se dibujo en los rostros de los asistentes. 

Pasadas las 10:00 de la noche, los aplausos rompieron el silencio, Negrín apareció en la sede de la Sheet Metal Workers International Association para dar su esperado discurso tras conocerse el resultado de los comicios.

“Quiero felicitar a Larry Krasner en lo que parece ser una victoria significativa”, fueron sus primeras palabras. La frase, que parecía ser el inicio de un discurso de resignada aceptación, cambió súbitamente de tono:

“Hace unos años me uní al Comité de Ética de Filadelfia porque quería fortalecer las normas de la ciudad relacionadas con la financiación de campañas electorales. Lo quería hacer precisamente para evitar noches como esta”. 

El único precandidato latino de la contienda se refería a la influencia del dinero en los resultados finales. “Estas elecciones demuestran que la plata importa; es difícil de competir a nivel local cuando alguien de afuera llega y pone 1.7 millones de dólares en una campaña”, señaló.

Pero no todo fueron pérdidas para el exdirector administrativo del Ayuntamiento, obtener más de 21.000 votos en su debut como político no es poca cosa. Negrín lo sabe, por eso insistió en que “este es apenas el inicio” y que no desaparecerá de la arena política local.  

Si bien su hoja de vida lo perfiló como uno de los candidatos más completos por su experiencia como fiscal, abogado y gerente del sector público, aún le faltaba probarse en la calle. 

Sin duda alguna, estos cinco meses de campaña fueron un curso intensivo de proselitismo, un competencia necesaria que todo aspirante a ocupar un cargo de elección pública debe desarrollar. 

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