América Latina: llegó la hora de los millennials
Tres países latinoamericanos – Colombia, México y Brasil – celebran elecciones presidenciales este año. El voto de los millennials será decisivo.
En mayo, elecciones generales en Colombia. En julio, en México. En octubre, en Brasil. Los comicios que se celebrarán a lo largo de 2018 en América Latina pueden terminar redibujando radicalmente el mapa político del continente, con la posibilidad real de que la centroizquierda llegue al poder en México y Colombia, así como el regreso de Lula da Silva en Brasil. Y en estos comicios, los millennials – todos aquellos votantes entre 18 y 37 años – “serán decisivos para averiguar el futuro que le depara a la región”, señala el diario El País en una editorial reciente.
“En este momento, la estadística y la curva demográfica dicen que el mundo está en manos de lo que estos jóvenes decidan”, según el rotativo español.
En Colombia, los comicios presidenciales previstos para el 27 de mayo serán el plebiscito definitivo de los acuerdos de paz con las FARC firmados por el presidente saliente, Juan Manuel Santos.
En las elecciones participarán miembros del ex grupo guerrillero, reconvertido en fuerza política bajo el nombre Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, lo que significa incorporar el perdón y la amnistía por el bien del futuro del país.
¿Qué desean los millennials colombianos? ¿Quieren la paz de Santos o la guerra de Uribe? Se pregunta El País.
Según un estudio realizado por la Fundación Telefónica, los millennials en Colombia tienen algunas características específicas. En primer lugar, son idealistas: activos y críticos frente a las decisiones gubernamentales. El 90% de los Millennials consideran que el apoyo que brinda el gobierno a los más necesitados no es el suficiente.
En segundo lugar, cree que son optimistas: conscientes de las problemáticas del país. El 87% consideran que se necesitan de programas gubernamentales y financiación privada para crear red de seguridad social.
En Brasil, los millennials podrían decantarse por el retorno del Partido de los Trabajadores bajo Lula, salpicado por los casos de corrupción de Odebrecht. Según El País, nueve millones de jóvenes —entre 16 y 19 años— votarán por primera vez para elegir a su presidente.
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A diferencia de los millennials colombianos, los jóvenes nacidos entre 1980 y 2000 en Brasil han visto perder parte de su bienestar en los últimos años, y con ellos sus privilegios y buena parte del optimismo, reportó el diario La Nación.
Se ha dicho que la cultura millennial en Brasil está predominada por una mentalidad “trans-crisis”: lo observan todo desde el prisma de la crisis, más allá del colapso actual de las instituciones nacionales, hacia acciones positivas que están liderando el cambio en el tejido cultural del país.
Y en México, ¿qué tienen que decir 14 millones de potenciales votantes entre 18 y 23 años contra la corrupción, la impunidad y el crimen organizado? ¿Cómo desean las relaciones bilaterales con el EE.UU de Donald Trump, un presidente que despotrica contra los mexicanos y amenaza con deportar a miles de inmigrantes y eliminar el tratado de libre comercio con su vecino del sur (NAFTA, o TLC)? ¿Creen que las relaciones comerciales y políticas con EE.UU deberían estrecharse o emprender una vía proteccionista?
En estas elecciones, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), actualmente en el gobierno, intentará frenar el avance de la oposición, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), liderado por López Obrador, el actual favorito. Pero lo tendrá complicado, según apuntas las encuestas, que señalan la mala imagen del actual presidente Peña Nieto a las posibles causas de la derrota del conservador PRI.
Según una encuesta realizada por el medio Nacion321, “los millennials mexicanos poco a poco van definiendo a su generación e imprimiendo una huella en el rumbo del país”. La mayoría prefieren la integración económica y la integración política en mayor medida que las generaciones anteriores y ven a la globalización como una oportunidad para generar crecimiento económico; también son más conscientes del cambio climático y apoyan en mayor proporción la igualdad de género y al diversidad cultural.
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