Como un hecho inusual, han calificado los expertos el hecho que en agosto de 2022 no se hayan presentado huracanes, mucho más si se tiene en cuenta que durante el año pasado se presentó una temporada récord, donde en una semana se registraron cuatro de estas tormentas de manera simultánea. 

Y es que el octavo mes del año se ha caracterizado por ser el escenario de algunos de los huracanes más devastadores de los últimos años, como Katrina en 2005 o Andrew en 1992, por lo que este año fue sorpresivo que tan solo tres tormentas llegaron a recibir un nombre, y ninguna llegó a convertirse en huracán, un evento que no se presentaba desde 1997.

¿Qué dicen los expertos?

BBC Mundo consultó sobre este fenómeno con Jim Dale, meteorólogo de British Weather Services, quien atribuye esta situación a una combinación de factores, entre ellos la combinación de aire seco y estable, con presencia de polvo del desierto del Sahara, que evita la formación de tormentas, y vientos fuertes que han suprimido la generación de huracanes.

"Sin embargo, no hay una explicación contundente de por qué el primer huracán de la temporada, que comenzó el 1 de junio, apareció recién en septiembre. Hay una especie de caos, que hace que en 2021 tengamos cinco fenómenos meteorológicos al mismo tiempo y este año, en más de un mes, no hayamos visto uno de consideración", señaló Dale.

El cambio climático no es la única razón

El meteorólogo señala que aunque seguramente el cambio climático tiene relación, no existe una sola respuesta para este fenómeno, al tiempo que aclara que la temporada no ha terminado y es posible que próximamente se presenten diferentes huracanes. 

Septiembre cambia el panorama

El primer huracán de la temporada también se salió de los parámetros normales que caracterizan a estos fenómenos. 

Justamente, Danielle, el primer huracán de la temporada, que se presentó en los primeros días de septiembre, además de ser el más tardío en aparecer en el Atlántico desde 2013, se formó en un lugar poco usual para este tipo de fenómenos. 

Teniendo en cuenta que para que los huracanes ganen potencia necesitan una corriente cálida, Dale señala que “esto sí es una evidencia de cómo el cambio climático está afectando la presencia de estos fenómenos. Cada vez más al norte se pueden encontrar corrientes calientes, que seguirán impulsando la aparición de huracanes en esta región del planeta”, indica.

Dale advierte que a pesar de estar viendo un periodo con menos huracanes de lo esperado, “no podemos olvidar que las predicciones señalan que esta sería una temporada por encima del promedio y todavía falta ver cómo va a terminar”, resalta.