El aumento de la adicción a la heroína y a los medicamentos con prescripción en Pensilvania —la primera causa de muerte accidental entre personas de 25 a 64 años en el estado— ha obligado al gobierno a tratar y catalogar este asunto como una crisis de salud pública. 

Este miercoles, el gobernador Tom Wolf y la médico general Rachel Levine firmaban y anunciaban una 'standing order' (reglamento de tribunales particulares) que regula el uso de naloxona, una medicación que puede revertir los efectos de una sobredosis causada por un opiáceo, a nivel estatal.

Esta acción equivale a una prescripción estatal para el uso de naloxona, que permite a las farmacias dispensarla a todos aquellos que la soliciten. 

“Hacer posible que todos los residentes de Pensilvania tengan acceso a un medicamento que puede salvar sus vidas, como la naloxona, es una gran victoria en nuestra batalla contra las muertes por sobredosis en la commonwealth”, ha reconocido la doctora Levine. “Estoy orgullosa de firmar esta 'standing order' y continuar con los esfuerzos de la administracion Wolf para proteger a los más vulnerables.  Esta iniciativa ofrece a la gente las herramientas que necesitan para mantener a sus comunidades y a sus familias intactas”.

Los secretarios Ted Dallas, Gary Tennis, Karen Murphy y Josh Shapiro también han apoyado la decisión de Wolf de hacer que la naloxona sea más accesible a los habitantes del estado.

“Hay demasiadas familias en Pensilvania afectadas por esta crisis”, reconoce el secretario del Department of Drug and Alcohol Programs, Gary Tennis. “Además de buscar soluciones para salvar vidas como esta, también estamos trabajando duro para concienciar a la población y romper estigmas en los relativo a las enfermedades relacionadas con el abuso de sustancias. Mi departamento continuará trabajando incansablemente para ofrecer las mejores opciones de tratamiento y recuperación posibles, y asegurar que no veremos una reaparición de altos índices de sobredosis”.

Según datos del gobierno, una de cada cuatro familias en Pensilvania está sufriendo los efectos de la adicción a este tipo de sustancias. Una realidad que en el año 2014 se cobró 2.488 vidas en el estado, donde fallecieron más personas por esta causa que en accidentes de coche. Por ello, la naloxona también tiene un hueco en los presupuestos estatales presentados por el gobernador para el ejercicio 2015-2016, de unos $7,5 millones concretamente.

Para la secretaria del Departamento de Salud, Karen Murphy, es también una cuestión de ofrecer la información necesaria. “Educar a los habitantes de Pensilvania en el uso de la naloxona en caso de una emergencia es esencial para frenar el devastador número de fallecimientos relacionados con la sobredosis de sustancias opiáceas al que estamos asistiendo en la commonwealth en los últimos años”.

Por ello, el gobierno ha creado un espacio dedicado a la naloxona y su uso, que ya está disponible online.