El futuro de Philly depende de su fuerza laboral
A menos que los CEOs de esta ciudad se lo tomen en serio, el sueño de convertir a Filadelfia en una "ciudad global" se retrasará considerablemente.
Pensar en Filadelfia como un lugar que nació con el destino de convertirse en una “ciudad global" y, tal y como su fundador William Penn imaginó, una especie de “centro del universo”, es uno de mis fantasías personales.
Un ciudad que fuera un "experimento sagrado”, como lo describió el Señor William Penn.
Soñaba así mientras observaba sus propios trazados de las calles en un pedazo de papel, antes de que los arquitectos y los constructores lo convirtieran en un pequeño y modesto pueblo de casas pequeñitas entre el río Delaware y un arroyo que los nativos solían llamar el río Schuylkill.
Un pueblo que se convirtió en la capital de una nación, única y exclusivamente porque el grupo más diverso de seres humanos se reunió aquí.
Lo hicieron primero como pobladores de esta pequeña villa, como lo hizo Benjamin Franklin en 1723, mudándose desde Boston, y luego como los visionarios que se reunieron con él aquí, en 1776, y se atrevieron a imaginar una nueva nación, dibujada en otro pedazo de papel, que hoy conocemos como “La Declaración de Independencia.”
¿Qué fue lo que hizo posible este impertérrito evento?
Las diversas perspectivas que se reunieron alrededor de una mesa, a veces en abierta contradicción –como las famosas discusiones entre John Adams y Thomas Jefferson–, sin perder nunca la fe secular en que, desde los puntos de vista opuestos, las mejores ideas surgirían.
Tras la guerra nació una sociedad civil y se estableció una nueva nación –la más poderosa a nivel económico, cultural y militar en la historia de la civilización occidental–.
Aquí mismo, en el medio acre de tierra donde se encuentra el Independence Mall.
A veces somos ajenos a este extraordinario pasado.
Cada vez que camino por el cementerio de Benjamin Franklin –en la esquina de Arch Street y 5th– y la casa donde Thomas Jefferson escribió su Declaración de Independencia –en Market Street y 7th Street–, me pregunto cuándo se levantará la ciudad y se pondrá de pie, inspirada de nuevo en su ilustre pasado.
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Esta es la inspiración del evento AL DÍA News Media LIVE, que hemos llamado "PHL_DIVERSECity Career Fair".
70 años después de una devastadora pérdida de población, y 18 desde que AL DÍA lleva a cabo este evento, Filadelfia está regresando gradualmente y su recuperación ha sido definida como un “boom” por publicaciones prestigiosas, desde el Philadelphia Magazine hasta The New York Times.
Y diré que no ha sido tanto por el capital que se ha invertido, sino que ha sido el resultado de la diversidad de capital humano (latinos, asiáticos, africanos, europeos, mexicanos, millennials, etc.) que llegan a nuestra ciudad para conseguir su propia oportunidad.
Como hace poco dijo Marek Gootman, del Brookings Institute, para que Filadelfia continúe avanzando hasta convertirse en la ciudad global que fue, por ejemplo en 1776, “los líderes de negocios deben dar un paso al frente”, y traer a esa capaz gente que se necesita para impulsar a Filadelfia hacia adelante.
O, lo que es más importante, aprovechemos esta nueva diversidad, visible en casi todos nuestros códigos postales. Esos recursos humanos existentes, debidamente educados y formados a lo largo del tiempo, pueden volver a convertir nuestra ciudad en una estrella brillante en la costa este.
Filadelfia es, gracias a Dios, una “ciudad diversa“, pero la verdad es que la fuerza laboral actual aún debe reflejar las caras de nuestros vecindarios.
¿Cómo podemos lograrlo?
"Esa es la responsabilidad del CEO", recalcó el experto del Brookings Institute.
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