¿Cómo abordará América Latina la sostenibilidad y el uso de combustibles fósiles?
La Conferencia Latinoamericana Wharton 2023 contó con una mesa redonda sobre las energías renovables en América Latina y el uso que la región hace del petróleo.
Reunir a latinos y economistas por igual es la Conferencia Latinoamericana de Wharton (WHALAC), organizada por The Wharton School de la Universidad de Pensilvania. La reunión de este año se celebró el 24 de marzo y tuvo como anfitriona a la presidenta del Consejo Ejecutivo para América Latina de Wharton, Rosanna Ramos-Velita.
A pesar de que la huella de carbono de América del Sur es relativamente baja, las emisiones de carbono y otros residuos nocivos para el medio ambiente son un problema mundial, que conduce a un aumento de la temperatura global.
Dado que América Latina puede ser la más afectada por la crisis climática, es importante buscar formas de minimizar el impacto ecológico de los futuros desarrollos energéticos y la mejor manera de hacer la transición a las energías renovables.
Para debatir esta cuestión, WHALAC organizó una mesa redonda sobre los distintos aspectos del uso de energías renovables y no renovables en América Latina, y sobre la mejor manera de llevar a cabo la transición de los distintos países hacia las energías renovables.
Los ponentes fueron Diego Mesa Puyo, ex Ministro de Energía y Minas de Colombia; Verónica de la Cerda, Presidenta del Consejo de la primera empresa B de América Latina, Triciclos; y Ali Moshiri, Consejero Delegado y Presidente de Amos Global Energy, y ex Presidente de Chevron en África y América Latina.
El panel fue moderado por Ángela Pachón, directora de investigación del Centro Kleinman de Política Energética de la Universidad de Pensilvania.
¿Un mal necesario?
Para dar una idea más amplia de lo enmarañada que está la cuestión del cambio climático, de la Cerda describió cómo las emisiones y sus causas están presentes en la vida cotidiana.
Aunque la mitad de las emisiones proceden de fuentes muy diversas, la otra mitad proviene del sector energético: de la generación, el transporte y el uso de la electricidad. Controlar la producción de estas emisiones es, por tanto, vital para frenar la crisis climática.
Pero en América Latina, muchos países siguen dependiendo de una u otra forma de los combustibles fósiles. Un ejemplo es Colombia, donde el 40% de sus exportaciones son de petróleo y carbón. Otros países, como Chile, no tienen muchos combustibles fósiles naturales, pero sí muchos recursos minerales ricos necesarios para la transición a las energías renovables.
Otra barrera es que aproximadamente 17 millones de personas en toda América Latina no tienen acceso a la electricidad, explicó de la Cerda. El objetivo en mente para el cambio a la energía renovable debe ser garantizar que nadie se quede atrás cuando se discuta cómo avanzar.
Moshiri reforzó esta idea, haciendo hincapié en la necesidad mundial de energía, independientemente de la clase social, los ingresos o la política. Se trata de una necesidad que se ve afectada por los cambios en cualquier parte del mundo, ya sea en Estados Unidos o en África, puso como ejemplo Moshiri.
Esto se puede ver a través de la invasión rusa de Ucrania, un movimiento que hizo que los precios del petróleo subieran drásticamente a nivel internacional. Si no hay un plan a corto o largo plazo para garantizar que haya energía, dijo Moshiri, entonces sobrevendrá el caos.
Siguió insistiendo en la necesidad mundial de petróleo, citando los cientos de millones de barriles que se consumen a diario en todo el mundo, y que seguirán consumiéndose más allá de la producción de energía debido a la utilidad de los plásticos y otros productos derivados del petróleo.
A pesar de la evidente necesidad de soluciones para el futuro, Moshiri ha visto cómo las compañías petrolíferas lanzaban perogrulladas y visiones en lugar de planes concretos para el futuro; un ejemplo son las afirmaciones de reducir el consumo de petróleo en un 40% para 2030, con las que se pretende aplacar al público en lugar de crear un plan práctico y estratégico para reducir las emisiones.
Actualmente, las empresas energéticas se centran en satisfacer esta necesidad proporcionando energía asequible, un objetivo inmediato. A medio plazo, sus objetivos son empezar a pasar a las energías renovables y, a largo plazo, realizar una transición total a las energías renovables.
Pero esta transición no se va a producir por sí sola, explicó Moshiri. El principal motor será la demanda de energía renovable por parte de los consumidores, más que la presión de los políticos.
Ante semejante demanda, ¿cómo frenar el uso del petróleo sin alguien dentro de las empresas?
CONTENIDO RELACIONADO
Progreso en acción
Puyo recordó su labor como ministro en Colombia y cómo sentaron las bases de las energías renovables no convencionales, término con el que se conoce a las energías renovables que no son de uso común en un país.
Aunque Colombia tiene energía hidroeléctrica, ésta puede verse afectada por fenómenos meteorológicos fuertes, como El Niño. Para hacer la transición a fuentes de energía renovable, intentaron atraer a los recién llegados al sector mejorando las políticas preexistentes, creando incentivos fiscales para atraer a los inversores.
Combinadas con subastas para licitar proyectos de energías renovables, consiguieron aumentar el uso de energías renovables de menos del 0,2% de la demanda de la red eléctrica del país a suministrar aproximadamente el 11% de la energía total necesaria.
Para de la Cerda, cambiar la forma en que las empresas petroleras abordaban los compromisos con los aspectos medioambientales, globales y sociales (ASG) de su negocio era algo sobre lo que sus inversores tenían un gran poder.
El Plan de Pensiones de los Profesores de Ontario es un inversor en múltiples empresas a escala internacional, con 247.000 millones de dólares en activos, ya que proporciona pensiones a más de 330.000 profesores. También tienen el objetivo de reducir las emisiones para 2025 y 2030 como parte de su misión de cero emisiones en sus inversiones para 2050.
En marzo de 2022, de la Cerda recibió una llamada de una empresa de suministro de agua en Chile, que se dirigió a su empresa TriCiclos, una empresa de gestión de residuos que elimina los procesos que producen residuos para otras empresas.
Buscaban la ayuda de TriCiclos porque el Ontario Teachers Pension Plan era uno de sus inversores y, como tal, tenía incentivos financieros para reducir sus emisiones. Con TriCiclos, pudieron desarrollar y poner en marcha un plan estratégico para reducir sus emisiones de aquí a 2045.
El palo y la zanahoria
Independientemente de la medida que se proponga, Puyo habló de la necesidad de coordinación entre responsables políticos, empresas y consumidores para crear una transición fluida sin interrupciones en la producción de energía.
Poniendo precio a las externalidades -el impacto de las actividades industriales o económicas de una empresa en grupos ajenos a ella, sin repercusión en los costes- fue como definió el panel el coste fiscal de las emisiones de carbono, entre otras multas impuestas a las empresas para fomentar el cambio a las renovables.
Lo comparó con la forma en que un conductor paga el seguro de su coche antes de conducirlo, mientras que las empresas deberán pagar por los subproductos de su actividad. Aunque se sugirió la idea de un impuesto directo, el grupo señaló que los impuestos aumentan los costes para las empresas, que a su vez subirían los precios para compensar, lo que costaría a los consumidores una energía asequible.
Pero con la crisis climática en el horizonte y los millones de barriles de petróleo que hay que consumir cada día, el cambio a las energías renovables sigue siendo una cuestión apremiante que América Latina debe afrontar.
DEJE UN COMENTARIO:
¡Únete a la discusión! Deja un comentario.