Serrat se despide de los escenarios, pero su legado se queda
La gira recorrerá América empezando por Nueva York y Miami y acabará en Barcelona
Joan Manuel Serrat ha tardado 77 años en tomar la decisión de retirarse de los escenarios. Pero dice que lo ha hecho empujado por los hechos. Primero fue la caída de Joaquín Sabina en un concierto en febrero de 2020 que les obligó a cancelar la gira. Y después, la pandemia.
El recorrido empezará en abril del año que viene en Nueva York y Miami y terminará en Barcelona a fi nales del año, justo antes de Navidad. Las entradas de los dos conciertos en Estados Unidos ya están a la venta en la web del artista.
La gira pondrá el broche a 56 años de carrera en la que ha habido decenas de éxitos con los que ha conseguido que millones de personas lo sigan en todo el mundo. ”He decidido despedirme en persona. No me gustó sentirme despedido por una plaga”, decía en la entrevista con la que anunciaba su retirada esta semana en el diario El País.
La plaga es el coronavirus, obviamente, y el encierro al que obligó le descubrió un retorno a la vida familiar que quiere seguir cultivando. La despedida será por todo lo alto porque Serrat quiere hacerlo “con el público enfrente, lleno de gratitud y alegría”.
Se considera un tipo con suerte y resume su felicidad con una de esas frases que bien podría formar parte de una de sus canciones: “Mis hijos no han ido a la guerra y yo pude ver morir a mis padres”.
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Si algo viene a la mente tras pronunciar su nombre es el mar Mediterráneo. Sus canciones están ligadas a ese carácter marinero, alegre e irónico al que ha acostumbrado a sus millones de admiradores en todo el mundo. A él le debe también mucho la poesía en español. Su voz ha llevado por todos los rincones a Antonio Machado, Miguel Hernández y Mario Benedetti.
La música de Serrat es un continuo homenaje a la vida familiar dentro y fuera de cada hogar. Una niñez que sigue jugandoen la playa, una fi esta popular con banderas de papel verdes, rojas y amarillas y, en fi n, “aquellas pequeñas cosas” que nos hacen llorar cuando nadie nos ve.
La historia de Serrat empezó en el barrio de Poble Sec de Barcelona, donde nació. Sus canciones buscan siempre honrar la valentía y la sencillez. Su familia era humilde y la de su madre había sido reprimida en la posguerra española por haber apoyado a la República, el primer período democrático en el país.
A ella se le murió el novio antes de la boda y cuando emigró a Barcelona a trabajar, estalló la guerra civil. Sus padres fueron asesinados en su pueblo, Belchite, durante la escasez de la posguerra. Esa historia ha marcado la voz de uno de los mayores genios de la música en español.
En su juventud se opuso al régimen de Franco y su rostro acompañó los primeros pasos de la democracia española. Pero su compromiso no se quedó solo en la península. También apoyó las luchas en Latinoamérica contra las dictaduras. Su legado no es solo su música, sino un ejemplo de integridad y vida que ya es eterno.
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