Las murallas de Cartagena son consideradas Patrimonio Cultural de la Humanidad y son un símbolo de la historia que ha vivido la ciudad. 

Este proyecto que duró casi dos siglos y terminó en 1796, actualmente ha estado recibiendo mantenimiento por parte de la Escuela Taller Cartagena de Indias (ETCar), designada por el Ministerio de Cultura, e iniciaron la ejecución de la segunda etapa de limpieza de estos Bienes de Interés Cultural (BIC) del ámbito nacional.

Esta actividad contemplada en el Plan de Anual de las Fortificaciones abarca el tramo de muralla comprendido entre el baluarte de San Ignacio, frente al muelle la Bodeguita, pasando por el baluarte de la Contaduría, donde se encuentra la Alcaldía de Cartagena, hasta la boca del puente y la muralla que colinda con el popular palito de caucho.

“Por su composición porosa y absorbente, a las piedras que componen los baluartes y cortinas de muralla se les adhieren impurezas provenientes de las lluvias ácidas, la polución, el esmog y demás agentes atmosféricos, permitiendo el desarrollo de musgos y líquenes, que una vez se cumple su ciclo vital, terminan generando lo que conocemos como el biofilm”, explicó Mario Zapateiro, director de la obra.

Durante el año 2019 la Etcar removió biofilm en 4.498 m2 de la superficie de las murallas, baluartes y del Castillo de San Felipe, y en 2020 fueron 4.151 m2 en estos mismos lugares.

Las murallas de Cartagena son uno de los atractivos turísticos más importantes dentro de la ciudad, pues miles de visitantes caminan por ellas cada día, por eso es tan importante para la ciudad mantenerlas en buen estado. 

El cordón amurallado está a 15 minutos en auto del Aeropuerto Internacional Rafael Núñez, para quienes vienen de destinos nacionales o internacionales. Quienes ingresan a la ciudad desde la Terminal de Transporte de Cartagena están a  45 minutos de este patrimonio.