El presidente puede acceder a paralizarlo todo, menos las deportaciones.

A pesar de que Estados Unidos decidió suspender temporalmente audiencias de inmigrantes, las emisiones de tarjetas de residencia y las solicitudes de asilo, la maquinaria de deportación en el país no se ha detenido.

Hoy, y según funcionarios de la región, el gobierno Trump ha deportado inmigrantes portadores del virus a Centroamérica.

Entre el 3 de febrero y el 24 de abril de este año, las agencias de inmigración y aduanas (ICE) han realizado aproximadamente 232 vuelos de deportación hacia Latinoamérica y el Caribe, según expuso un reporte del Center for Economic and Policy Research.

Aunque la mayor parte de las deportaciones a México se hacen por tierra, y aunque la pandemia del Coronavirus ha exigido el cierre de fronteras y la suspensión de vuelos, las operaciones de aire de ICE, conocidas como “ICE Air”, han continuado su labor de manera ininterrumpida.

Desde que la Administración Trump declarara el estado de emergencia nacional por la pandemia el 13 de marzo, “un contratista de ICE Air ha realizado al menos 72 probables vuelos de deportación a 11 países de América Latina y el Caribe,” explica el reporte, “incluidos Brasil y Ecuador, que están sufriendo los peores brotes de COVID-19 de la región, y que han experimentado un aumento de los vuelos de deportación bajo la administración de Trump.”

De manera similar, entre el 15 de marzo y el 24 de abril, los vuelos rastreados por el centro de investigaciones determinaron que ICE Air parece haber realizado 21 vuelos de deportación a Guatemala, 18 a Honduras, 12 a El Salvador, seis a Brasil, tres a Nicaragua, Ecuador, Haití y la República Dominicana, y uno a Colombia y Jamaica.

Si bien la tasa de deportados ha disminuido considerablemente con respecto al mismo período durante el 2019 –el Washington Post reportaba en Abril que durante los primeros 11 días del mes ICE había deportado sólo 2.985 personas– con los deportados se va también una importante carga viral.

Funcionarios de México y Haití confirmaron a Reuters un aumento importante en los casos de contagio por COVID-19 entre los inmigrantes deportados desde Estados Unidos, siguiendo un reciente brote en Guatemala, donde el gobierno contó un quinto de todos los deportados como pacientes positivos por el virus.

Tomando en cuenta que sus densidades poblacionales no son comparables, los tres países tienen una tasa de contagios y muerte por Coronavirus mucho menor que Estados Unidos, así como también cuentan con una infraestructura y sistema de salud precarios.

Según explicó Al Jazeera, la deportación de personas que se sabe están infectadas con el virus “viola las directrices de salud pública estadounidenses e internacionales” diseñadas para prevenir la propagación del coronavirus.

"Todo el mundo conoce los riesgos", dijo la Dra. Laure Adrien, directora ejecutiva del Ministerio de Salud Pública de Haití al medio. "Nos enfrentamos a una pandemia. “Cada caso positivo es uno de más; cualquier caso positivo es un riesgo", añadió.

Estados Unidos ha instaurado protocolos de testeo para los deportados recientemente –y sólo gracias a la presión de organizaciones como Refugees International– pero cientos de casos positivos han sido ya exportados a través de los vuelos de ICE a un continente que seguramente tardará el doble en reponerse del efecto de la pandemia.

"Honduras, El Salvador, Guatemala y Haití tienen una capacidad muy limitada de pruebas, vigilancia y tratamiento, y un suministro limitado de equipos médicos, como ventiladores", dijo Sergio Martín, coordinador general de la organización sin fines de lucro Médicos Sin Fronteras en México, en un comunicado. "Un brote importante de Covid-19 podría ser catastrófico".

Hasta el momento, se reportan 200 casos de deportados positivos en Guatemala, al menos dos en México y tres en Haití, y los procesos de solicitud de asilo en Estados Unidos se mantienen suspendidos.

Los vuelos, sin embargo, siguen sin detenerse.