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Photo: Google Arts & Culture
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Los museos no entienden el arte latinx, pero adoran el latinoamericano

Con la futura creación del Smithsonian Latino, un nuevo horizonte se abre. ¿Saldrán los prejuicios del marco?

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¿Entiende el mundo de los museos y las galerías el arte latinx? Muchos artistas y curadores aún sienten que no es así, o al menos no lo ha sido históricamente. 

Mientras, el arte latinoamericano ha sido muy valorado por en el país, hasta el punto, aseguraba un coleccionista cubano, que en el mercado estadounidense se vuelven locos por el arte hecho en la isla, pero si el artista ha crecido en Estados Unidos pierden todo su interés.

“Ellos quieren comprarse una historia, pero no una historia que viene de Estados Unidos”, dijo la artista afrocubana y estadounidense Juana Valdes a El País. Valdes, cuyas obras exploran el racismo, también aseguró que en los circuitos artísticos lo que se da en llamar “arte latinoamericano” es una “versión blanca sudamericana” del arte.

Valdes es una de las artistas entrevistadas por la antropóloga Arlene Dávila en su ensayo Latinx Art (Duke University Press), donde pone el acento no en esos artistas latinoamericanos emigrados a Estados Unidos con ayuda de mecenas y que se presentan a ellos mismos como “colombianos”, “mexicanos” o “chilenos”, sino a los latinx crecidos en el país y sobre los que aún pesa un estereotipo que ha causado un vacío en el mercado del arte. 

“Estos son artistas que han sido centrales para la vitalidad artística de Estados Unidos, a pesar de que han sido eclipsados de su historia. Son los más ausentes en la mayoría de las colecciones de los museos y en los circuitos de galerías comerciales”, escribió Dávila en Latinx Art, señalando la falta de visibilidad y, por tanto, de ayuda institucional.

“Nadie nace Latinx,”, dijo la profesora. “Esta es una categoría social que es producto de una socialización, una racialización, pero también de la solidaridad entre ellos”.

De esa forma, mientras que el artista de América Latina es visto como “exótico” y su obra ha generado interés desde los años 60’, con el “boom latinoamericano”, algunos comerciantes de arte que hablaron con Dávila describen al latino americano como “la señora que limpia SU casa”. 

Incluso comisarias reconocidas como Pilar Thompkins Rivas confiaron a la estudiosa cómo en el mundo del arte se entiende al artista chicano como “el hijo de las personas que son SUS sirvientes”.

Con la propuesta del Smithsonian Latino recientemente aprobada -un proyecto por el que se lleva luchando cerca de veinte años-, los más de 60 millones de latinx estadounidenses, cuya cultura es tan diversa que aún la etiqueta “duele”, tendrán la oportunidad de ver reflejado el legado cultural y artístico que llevan sembrando en el país, aunque rara vez se le ha dado la importancia que merece. 

Sólo el tiempo dirá si la promesa de un nuevo museo público para el arte latino tan grande como el resto tiene su efecto fuera del marco y devuelve al mundo del arte una de sus mayores virtudes la libertad de espíritu y la amplitud de miras e historias.

El espejo, mientras tanto, aún sólo refleja a unos pocos.