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Clarice Lispector y Elena Garro, dos de las grandes autoras latinoamericanas. 
Clarice Lispector y Elena Garro, dos de las grandes autoras latinoamericanas. 

Las “olvidadas” escritoras del boom latinoamericano

De Elena Garro a Maria Luisa Bombal, el boom tiene sus influyentes autoras aunque la historia nos la presente sólo en calidad de “partenaires”.

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Genial y antipático, José Donoso recordaba a los autores del boom latinoamericano como “un club de machos”. Y si hace el esfuerzo por enumerarlos, va a ver cómo esa versión de la historia permanece  viva aún en nosotros, pues los primeros nombres y las primeras “espadas” son ellos: Vargas Llosa, Cortázar, García Márquez, el mismo Donoso, Carlos Fuentes, Octavio Paz…

De hecho, este artículo también está marcado por ese veneno patriarcal, pues intentado hablar de ellas, “las grandes del boom”, empezamos por citándolos.

Sin embargo, las autoras del boom estuvieron muy presentes y algunas fueron muy influyentes para este “club de machos” -más allá de Isabel Allende, que en raras ocasiones las ha reivindicado.

Entre ellas, María Luisa Bombal que, aunque un poco anterior al boom, inspiró con su novela La amortajada a Juan Rulfo para escribir Pedro Páramo, y que fue realmente la precursora de este realismo mágico. 

De ella los medios sólo se refiere a sus relaciones fallidas, a sus alcoholismo o sus intentos suicidas, pero Bombal fue más que esa visión amarilla y chismosa de la cultura.

La chilena creó una obra breve pero capital llena de excentricidades, belleza, poesía y sobre todo un discurso centrado en personajes femeninos que reflejaba su mundo más íntimo y oscuro. Pero fíjense el desdén con la que sus compañeros varones hablaban sobre ella; de Bombal dijo Neruda que era la única mujer con la que se podía hablar de literatura.

Qué equivocado estaba…

En el altar de nuestras madrinas literarias, escritoras como la brasileña Clarice Lispector, las mexicanas Elena Garro y Rosario Castellanos o la argentina Silvina Ocampo, que hasta hace no muchos años simplemente era conocida por ser esposa de Bioy Casares, pese a la sombra que le hizo como cuentista y pese a ser una de las grandes voces de la literatura gaucha.

Este olvido sistemático y el tratamiento, como de telenovela, que han tenido en medios -más allá de los estudios de género- se vio totalmente reafirmado en 2016 con la reedición de Reencuentro de personajes de Garro, cuando saltó el escándalo de una faja vergonzosa. Decía así: 

“Mujer de Octavio Paz, amante de Bioy Casares, inspiración de García Márquez y admirada por Borges”. 

Aunque la editorial retiró la publicidad tras las numerosísimas quejas, el mal ya estaba hecho.

Hace un tiempo la autora ecuatoriana Mónica Ojeda animaba a crear una biblioteca de “ancestras” elegidas con todas aquellas autoras que su época olvidó. 

Como las buenas ideas hay que agarrarlas al vuelo, liberen varios estantes en su librería para las autoras del boom. Aquí algunos títulos que recomendamos:

Los recuerdos del porvenir (1963)

El pueblo de Ixtepec es el narrador de los episodios que cuenta Elena Garro en el que fue su primer gran asalto a la literatura. Un libro dotado de un enorme poder sensorial donde mezcla la crueldad y la fe, la pasión y el odio, y las mentiras a través de de una multitud de personajes de diferentes clases sociales que viven en esta tierra caliente del corazón de México. Un lugar imaginario que podía haber sido todos. 

Aunque algunos la consideran hoy una madrina del realismo mágico, Elena Garro siempre desdeñó de esta etiqueta, que consideraba mercantilista y que para ella era, en esencia, la cosmovisión indígena. Otra forma, si quieren verlo así, de apropiacionismo literario.

La hora de la estrella (1977)

Marcada por el uso de la primera persona, los largos flujos de conciencia a través de frases cortas y el profundo análisis psicológico de los personajes, Lispector es por mérito propio una de las grandes voces del siglo XX, y justo en 2020 se celebró su centenario.

La hora de la estrella, que escribió poco antes de su muerte, narra la historia de Macabéa, una muchacha del noreste de Brasil que se muda a Río de Janeiro y cuya vida y ambiciones colisionan con esta nueva sociedad urbana, veloz y deshumanizada. 

Oficio de tinieblas (1962)

Considerada una obra maestra de la narrativa latinoamericana, la novela se basa en el levantamiento de los chamulas en Chiapas, a finales mediados del siglo XIX, que culminó con la crucifixión de uno de ellos al proclamarlo “Cristo indígena”.

Castellanos nos transporta en esta historia a un México más cercano, el de la reforma agraria del gobierno de Lázaro Cárdenas, para retratar la pobreza y opresión del mundo indígena con una crudeza magistral. 

La última niebla y La amortajada

Publicadas ambas en 1934 y 1938, son dos novelas breves de María Luisa Bombal que a menudo se recogen en un mismo libro.

En las dos historias la muerte y el mundo de lo femenino tienen un papel central. En La última niebla, historia que Bombal escribió con tan sólo 23 años, nos sumerge en un universo entre lo real y lo onírico a través de su protagonista, casada con un viudo que intenta que se comporte como su esposa fallecida mientra ella fantasea con otro hombre que jamás ha conocido. 

Como detalle interesante de esta gran escritora, fue la primera autora latinoamericana en describir el acto sexual desde el punto de vista femenino. Y lo hizo con una prosa indomable que la convierte en la “ancestra” quizás peor conocida, pero más clave de una literatura que huye de la opresión y atraviesa ese llamado “velo de Isis”.

E igualmente ocurre en La amortajada, donde Ana María, muerta y en su féretro, mantiene un último encuentro con algunas de las personas más importantes de su vida. Un libro francamente extraordinario, donde en lugar de convertir a la mujer en la víctima silenciosa de una historia y el motivo que detona la trama, le otorga su merecida voz. 

Desempolven sus anaqueles, olviden lo aprendido sobre el ‘boom’ y háganlo estallar para que ellas emerjan.