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Según un nuevo análisis estadístico del Departamento de Educación de Estados Unidos, aunque los maestros de minorías siguen sub-representados, tanto el número como la proporción de los maestros de minorías en la escuela elemental y secundaria crecieron en un 104 por ciento entre 1987-88 y 2011-12, comparado con un crecimiento de un 38 por ciento de los maestros blancos. 
Según un nuevo análisis estadístico del Departamento de Educación de Estados Unidos, aunque los maestros de minorías siguen sub-representados, tanto el número como la proporción de los maestros de minorías en la escuela elemental y secundaria crecieron…

[OP-ED]: La importancia de los maestros de minorías en nuestras escuelas

Los maestros negros son un factor importante.Lo sé porque asistí a una prestigiosa escuela secundaria pública en el corazón de Chicago, donde aproximadamente…

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Estos hombres y mujeres afroamericanos eran expertos respetados que no aceptaban tonterías de los estudiantes, ya fueran negros, blancos, hispanos, asiáticos, inmigrantes, nativos, ricos o pobres. 

Los efectos que deben haber tenido en mis compañeros negros eran hasta ahora inconmensurables, pero los investigadores han comenzado a cuantificarlos. 

Los estudiantes negros que tuvieron al menos un maestro negro en la primaria tienen más probabilidades de terminar la secundaria y de considerar asistir a la universidad, dice “The Long-Run Impacts of Same-Race Teachers,” un nuevo estudio publicado recientemente por el Institute of Labor Economics. 

Ese estudio también señala que tener por lo menos un maestro negro entre tercer y quinto grados redujo las probabilidades de deserción escolar en un 29 por ciento. Y para los niños negros de muy bajos ingresos, las probabilidades de deserción cayeron un 39 por ciento. 

Esa conclusión no es totalmente nueva—fue investigada y denominada “efecto de coincidencia de raza” o “efecto de modelo de conducta”—pero este estudio es el primero en hallar que emparejar racialmente a estudiantes y maestros tiene beneficios a largo plazo y no sólo mejoras de rendimiento en un año académico en particular. 

“Muchos de estos niños no pueden imaginar ser una persona con educación formal y quizás se deba a que nunca vieron una que luzca como ellos,” dijo el co-autor Nicholas 

Papageorge, profesor asistente de economía en Johns Hopkins University, en un comunicado de prensa. “Después, pasan todo un año con una de ellas. Ese único maestro negro puede cambiar todo el panorama futuro del alumno.” 

Hay buenas noticias junto con esa observación: El cuerpo docente de los Estados Unidos se está volviendo más diverso. 

Según un nuevo análisis estadístico del Departamento de Educación de Estados Unidos, aunque los maestros de minorías siguen sub-representados, tanto el número como la proporción de los maestros de minorías en la escuela elemental y secundaria crecieron en un 104 por ciento entre 1987-88 y 2011-12, comparado con un crecimiento de un 38 por ciento de los maestros blancos. 

También hay excelentes noticias para los muchachos que enfrentan una fuerza laboral dominada por las mujeres: Durante ese mismo período, el número de maestros hombres pertenecientes a minorías aumentó en un 110 por ciento, comparado con un 102 por ciento para las maestras pertenecientes a minorías. 

En total, el porcentaje de maestros pertenecientes a todos los grupos minoritarios aumentó de un 12,4 por ciento en 1987-88 a un 17,3 por ciento en 2011-12. 

La noticia sería 100 por ciento positiva para una población estudiantil cada vez más diversa, si todos los estudiantes tuvieran la misma oportunidad de ver maestros de minorías de alta educación en sus aulas. 

Sin embargo, parece que los maestros diversos racial y étnicamente están distribuidos en forma despareja en las escuelas públicas. 

En las escuelas donde el nivel de pobreza estudiantil está entre un 33 y un 74 por ciento, la proporción de maestros de minorías subió en un 115,9 por ciento. En las escuelas donde el 75 o más por ciento de los estudiantes están en el nivel de la pobreza, la proporción de maestros de minorías aumentó en un 288 por ciento. 

Con lo que sabemos del efecto de modelo de conducta, ese dato parece ser positivo para los estudiantes que tienden a concentrarse en las escuelas de alta pobreza—pero quizás no lo sea. 

Los maestros de minorías que toman trabajos en algunas de las escuelas más difíciles pueden enfrentar niveles más altos de agotamiento y de cambio de personal—para no hablar de tener menor seguridad laboral y potencialmente salarios promedio más bajos comparados con escuelas en distritos mejor financiados. Las escuelas en que el recambio de maestros es continuo generalmente no sirven adecuadamente a los estudiantes, independientemente de su composición étnica o racial. 

¿Y no deberían las escuelas con poblaciones de mayorías blancas y familias de altos ingresos valorizar también un cuerpo docente diverso? 

Considerando qué populares se han vuelto la igualdad y la justicia social en la política educativa, uno pensaría que las escuelas con un nivel de pobreza estudiantil de menos del 33 por ciento podrían tener más que un escaso 0,9 por ciento de aumento en el número de maestros de minorías entre 1988 y 2012. 

Los cambios nunca llegan con la rapidez deseada. Pero si el problema del aumento en la diversidad del cuerpo docente del país se ha arreglado en gran medida, debemos pasar a integrar maestros de minorías en las escuelas de alto rendimiento, donde pueden ser modelos de conducta para todos los alumnos.

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