¿Lo absolverá la historia?
“La historia me absolverá,” fue la frase que usó Fidel Castro cuando fue condenado en un juicio por el asalto al cuartel Moncada, a principios de su carrera…
Fidel Alejandro Castro Ruz nació en Birán, Mayarí (Antigua Provincia de Oriente) el 13 de agosto de 1926.
Hijo natural de un español de origen gallego, Ángel Castro Argiz, y una española americana, Lina Ruz González. Su condición de hijo natural no cambiaría sino hasta 1940, cuando su padre finalmente pudo contraer segundas nupcias y reconocerlo junto con sus hermanos Angela, Juana, Emma, Agustina, Ramón y Raúl.
Hijo de padres analfabetos, Fidel fue siempre estimulado para la educación, iniciando sus estudios en su provincia natal y posteriormente desplazándose a Santiago junto con su hermana Angelita durante los inicios de la década de 1930.
Su ávido interés por el conocimiento y su destacada inteligencia le hicieron honor en todas las instituciones a las que asistió, entre ellas el Colegio Lasaliano de Santiago, el Colegio Jesuita de Dolores y finalmente en La Habana, el Colegio de Belén.
A la edad de 19 años ingresa a la Universidad de La Habana, donde se matricularía en Derecho, Derecho Diplomático y Ciencias Sociales en el formato de educación libre, intentando por toda vía obtener financiamiento para estudiar en el extranjero. Fueron sus años universitarios los que le pusieron en contacto directo con obras literarias y ensayos político-filosóficos que determinarían el encauce de una personalidad tan demandante de protagonismo como la del joven Castro. Desde la política griega hasta los pensamientos revolucionarios de principios de siglo (Marx y Lenin), pasando por quien sería la quilla de su pensamiento ideológico, José Martí.
Es así como se inicia en la vida política desde el eje universitario, desde el rol de delegado de curso hasta sus encarnizados debates con la Federación Estudiantil Universitaria. Sus ideales, inicialmente democráticos, no se congregaron tan sólo a la Isla. Para 1947, Castro ejercía la labor de presidente del Comité Pro Democracia Dominicana de la Federación Estudiantil que reclamaba la destitución del dictador de República Dominicana, Rafael Trujillo.
Como abierto simpatizador del Partido Ortodoxo Cubano (radical Nacionalista), encabezado por Eduardo Chibás, Fidel Castro sería enviado en 1948 a Colombia como delegado de la Federación Estudiantil Universitaria, para entrevistarse con el presidente de la República Colombiana Jorge Eliécer Gaitán, quien sería asesinado durante el célebre “Bogotazo”
Dos años después se recibiría como abogado por la Universidad de la Habana, lanzándose como candidato independiente del Partido Ortodoxo a la Cámara de Representantes del Congreso cubano por la circunscripción de La Habana, insinuando ser el sustituto ideal para el fallecido Eduardo Chibás. Pero el golpe de estado del general Fulgencio Batista contra el gobierno de Carlos Prío Socarrás anuló cualquier advenimiento político.
Un primer cuartel
El derrocamiento del gobierno democrático sembraría la semilla de la revolución en el joven Fidel Castro, quien organizaría sus contactos de la Juventud del Partido Ortodoxo para la estrategia de asalto al Cuartel Moncada.
Uno de los mayores despliegues de conocimiento político y estratega de Fidel Castro fue la denuncia previa al dictador Batista ante un Tribunal de Urgencia, mientras simultáneamente se gestaba un asalto armado a varios puntos estratégicos de la Isla.
Castro expuso, en su papel de abogado, la violación abierta a la constitución por parte del General, y en su argumento sentaría las bases legales para su futura insurrección:
“Evidenciará si es que sigue funcionando con plenitud de facultades, si es que no se ve imposibilitado por la fuerza, si es que no ha sido abolido también el cuartelazo. [...] Si existen tribunales, Batista debe ser castigado, y si Batista no es castigado (...) ¿Cómo podrá después este tribunal juzgar a un ciudadano cualquiera por sedición o rebeldía contra este régimen ilegal producto de la traición impune?”
La desestimación de la demanda por parte de los tribunales controlados por Batista era el gesto que Castro anticipaba para la legitimación de su lucha armada, dando luz verde a su intento de sublevación.
El ataque tenía como misión la obtención de más de 3000 armas para el movimiento paramilitar que gestaba Castro. El 26 de julio de 1953, y desde la provincia natal del joven Fidel, un grupo de jóvenes intentaría tomar el Cuartel Moncada en Santiago y el Cuartel Carlos Manuel de Céspedes, disfrazados de Sargentos (en un gesto nostálgico por la Revolución de los Sargentos de 1933).
La rebelión anticipaba un fracaso, por lo que las estrategias incluían la toma de las armas a disposición y el convencimiento de los jóvenes acuartelados para que se sumaran al movimiento y se resguardaran en las montañas para un contraataque a largo plazo.
El ataque se organizó en tres grupos de combatientes: uno liderado por Abel Santamaría formado por 21 hombres que tomó el Hospital Civil; otro de diez hombres bajo las órdenes del hermano menor de Fidel, Raúl, que ocupó el Palacio de Justicia y 95 hombres tras las órdenes de Fidel Castro que intentó atacar el cuartel Moncada. El fracaso de la intentona se debió a la confusión de los hombres de Fidel al encontrarse de frente con la celebración del carnaval y equivocándose en la calle que debían tomar. El enfrentamiento de un grupo dividido contra la defensa del cuartel permitió su reorganización y la expulsión de los rebeldes hacia Sierra Maestra, donde posteriormente serían detenidos.
Su primer discurso
Visto en retrospectiva pareciera cierto que la organización y la planificación de cada uno de sus movimientos “alzados” llevarían finalmente a Castro frente a la audiencia adecuada para lanzar su proyecto para cuba y su ideal revolucionario.
Tras su aprehensión en Sierra Maestra, Castro fue llevado frente a un tribunal por cargos de sublevación e insurrección, donde éste ejercería el derecho a la autodefensa, dando su primer discurso (de cuatro horas) donde justificaba sus acciones en el más pulcro y profesional lenguaje de Derecho Civil.
Este primer discurso de Castro se transformaría en un hito histórico, siendo posteriormente reeditado como el Manifiesto del Movimiento 26 de Julio.
Fue condenado a 15 años de cárcel, pero puesto en libertad dos años después en un gesto de democracia por parte de Fulgencio Batista, quien le concedería la amnistía a Castro y a sus compañeros combatientes, muchos de los cuales recurrieron al exilio y posteriormente fueron convocados de nuevo en México, para su regreso en el yate Granma.
El desglose de los problemas cubanos en el discurso de Castro fue emblemático, siendo recordado por su simpleza y por la convicción con la que abordaba problemas tan arraigados en la breve historia Republicana del país. La tierra, la industrialización la vivienda, el desempleo, la educación y la salud, pasaban a ser no sólo cuestionamientos de la agenda del gobierno en vigencia, sino también el principio de la campaña presidencial de Castro, a través de la cual se ganaría la confianza y el afecto del gran pueblo cubano.
Un desembarco fallido
Revolución, SÍ; golpe de Estado, NO
Es considerable la influencia del efecto norteamericano en la política de la isla desde su intervención en la independencia, el rapto de Guantánamo y el apoyo a la corrupción hasta la “prostitución” de los ideales durante la administración de Batista, y fue ésta la materia prima de la que surgiría el movimiento idiosincrático de Fidel Castro que justificaría su guerrilla y su intervención armada.
Fue el año de 1957 el que atestiguaría el gran desempeño de la Revolución Cubana armada: desde la primera acción militar en el destacamento militar de la Plata el 16 de enero, la entrevista de Herbert Matthews en Sierra Maestra (publicada en el New York Times desestimando la muerte de Castro aunciada por Batista), la toma de la emisora Radio Reloj el 13 de marzo, el combate de El Uvero el 28 de mayo, la firma del Manifiesto de Sierra Maestra el 12 de julio, la diseminación del pensamiento revolucionario en manos del comandante Che Guevara en la columna Ejército Rebelde, el asesinato de Frank País el 30 de julio y la sublevación de la base naval Cienfuegos el 5 de septiembre.
Las discrepancias entre Urrutia y Castro por las medidas populistas que éste último pretendía implementar, llevaron a su renuncia y a la manipulación de las masas para la desestimación del presidente y su abdicación. La figura de Osvaldo Dorticós como nuevo presidente fue un parapeto que posteriormente otorgaría el poder a Fidel Castro, que fungía como Primer Ministro.
Un gobierno “Revolucionario”
Desde un primer momento, la Revolución Cubana no limitó su área de influencia al territorio insular sino, por el contrario, inició una serie de movimientos políticos estratégicos para afianzar las alianzas con el resto del continente latinoamericano. La oposición fanática a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, por ejemplo, conllevaría al apoyo de la Revolución a un alzamiento armado infructuoso, que también estaría auspiciado por el gobierno de Rómulo Betancourt en Venezuela.
Pero fueron las acciones diplomáticas a cargo de Fidel Castro, las que transformarían el ideal Revolucionario en un asunto de propaganda internacional.
Ya para el 16 de febrero de 1959, Castro había firmado como primer ministro de Cuba e inició inmediatamente una serie de viajes diplomáticos para establecer la posición del nuevo gobierno cubano en el escenario internacional. Tras designar a su hermano Raúl como su sucesor inmediato, Castro emprende su primer viaje a la capital venezolana para dar un discurso en el primer aniversario del derrocamiento del dictador Pérez Jiménez; fue posteriormente recibido en el congreso venezolano y visitó la Universidad Central de Venezuela en compañía del poeta de izquierda chileno Pablo Neruda. Tras una reunión con el presidente recién electo Rómulo Betancourt, decide viajar a Estados Unidos por primera vez, en una visita no oficial.
El 19 de Abril de 1959, Castro se reuniría por primera vez con el vicepresidente estadounidense Richard Nixon, ante la ausencia “indispuesta” de Eisenhower. Un mes después viaja a Buenos Aires para dar un discurso (modelo de desempeño político que se transformaría en su firma personal) frente al Consejo Económico de los 21 donde plantea por primera vez la creación de un mercado único latinoamericano.
A su regreso, decreta la primera Ley de Reforma Agraria el 17 de mayo, aquella una vez firmada en Sierra Maestra, donde dio luz verde a la confiscación de propiedades por toda la isla, siendo la primera propiedad confiscada la de su propia familia, en un gesto simbólico que, sin embargo, nunca se hizo realidad.
Castro dio inicio a una serie de movimientos culturales y sociales dentro de la isla que elevaron los espíritus de los más fieles a la Revolución y mermaron las incredulidades de aquellos que observaban desde la distancia. La fundación del Instituto Nacional de Reforma Agraria, la Imprenta Nacional de Cuba y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (uno de los más importantes en Latinoamérica) fueron el inicio de una transformación radical en la sociedad cubana
Pero su involucramiento en asuntos exteriores no había pasado inadvertido, y en agosto de 1959 Rafael Trujillo, con el apoyo de los Estados Unidos, organizó la primera invasión a Cuba a través de la recién formada Legión Anticomunista del Caribe, que pretendía organizar grupos guerrilleros anticastristas en la Sierra del Escambray, entrenados por la CIA, y quienes fueron rápidamente aniquilados por las milicias campesinas organizadas por Castro.
Enemigos íntimos
Desde el apoyo de los Estados Unidos al gobierno de Batista hasta el primer intento de invasión desde República Dominicana, las relaciones entre ambos países (por no decir “las relaciones de Castro con el modelo Americano”) fueron de mal en peor hasta lograr involucrar la seguridad del mundo entero.
Tras las expropiaciones de la Reforma Agraria, los intereses norteamericanos afectados fueron considerados como ofensa personal por parte del Presidente Dwight Eisenhower, quien aprueba las medidas propuestas por el Departamento de Estado y la CIA para no sólo emprender acciones encubiertas contra cuba sino directamente establecer la “eliminación física de Castro”.
Con la visita del viceprimer ministro soviético Anastás Mikoyán y su dotación de cien millones de dólares al nuevo gobierno cubano, se dio inicio a una relación bilateral con la Unión Soviética que sería fundamental para la historia de la política internacional.
Tras varios intentos de sabotaje en la Isla, la demonización de los Estados Unidos fue definitiva y dio paso a la confiscación de las refinerías y el inicio del bloqueo económico de Cuba por parte del país norteamericano. La reunión de Fidel en el Hotel Theresa de Harlem con Nikita Jrushchov (Presidente Soviético), Gamal Abdel Nasser (Presidente Egipcio), Jawaharlal Nehru (Primer Ministro Indio) y Malxom X (dirigente negro), pondría sobre los titulares periodísticos la primera asociación definitiva del comunismo castrista.
Haciendo eco de las estrategias sociales de vigilancia soviética, Castro crearía los Comités de Defensa de la Revolución, cuya misión era la de detectar y denunciar a los “enemigos de la Revolución”, y que se transformaría en uno de los brazos de represión más importantes en la historia de la Cuba de mediados de siglo.
Finalmente, el 3 de enero de 1961, se rompen definitivamente las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.
Durante ese mismo mes se inicia el mandato presidencial de John F. Kennedy en los Estados Unidos, heredando los planes de invasión de la administración Eisenhower, dando luz verde al bombardeo de las ciudades de Libertad, San Antonio de los Baños y Antonio Maceo.
DEJE UN COMENTARIO:
¡Únete a la discusión! Deja un comentario.