Se denomina anemia a la baja concentración de hemoglobina en la sangre. Esto que a priori no parece decirnos nada, es una información de gran importancia para nuestro cuerpo. La hemoglobina es una molécula que transporta oxígeno a las células de nuestro cuerpo. Padecer anemia supone por tanto, que la sangre no está transportando suficiente oxígeno al resto del cuerpo. Su primer síntoma es el cansancio.

Se estima que más de tres millones de personas en Estados Unidos sufren de anemia. Una dolencia que puede estar afectándote sin que seas consciente de ello. Resulta por ello importante recordar alguna información acerca de ella.

¿Qué cantidad de hemoglobina debo tener?

Ante el primer síntoma o sospecha de que padeces anemia, tu médico te pedirá unos análisis de sangre. En los resultados de los mismos podrás ver los niveles de hemoglobina de tu sangre. Los niveles adecuados varían según el sexo, la edad, el lugar de residencia (debido a la altura sobre el nivel del mar) y al tipo de hemoglobina. En los hombre los niveles varían entre 13 a 17.5 g/dL y en la mujer entre 12 a 15.5 g/dL. Los niveles de hemoglobina en la mujer pueden cambiar debido al embarazo.

¿Cuáles son los síntomas de la anemia?

Como ya hemos dicho, el síntoma más habitual de la anemia es el cansancio. Esto es debido a la falta de aire en las sangre. Puede que además sientas que tus manos y pies están por debajo de su temperatura habitual y que tanto las uñas como las encías tienen un color más blanquecino de lo habitual.

¿Por qué tengo anemia?

Existen diferentes tipos de anemias aunque uno de ellos es mucho más frecuente. Se trata de la anemia causada por un déficit de hierro en el cuerpo. La mujeres son mucho más proclives a sufrirla. Se calcula que hasta el 10% de las mujeres en edad fértil podrían sufrir la llamada anemia ferropénica. Las causas de este tipo de anemia son, entre otras, la mala alimentación o la mala absorción del mineral. Además durante el embarazo las mujeres necesitan un aporte extra de hierro.

¿Cómo combatir la anemia?

Si tenemos una falta de hierro tendremos que combatir la anemia volviendo a introducir este mineral en nuestra dieta. Los nutricionistas aconsejan comer carne roja, pescados, legumbres y frutos secos y verduras y hortalizas. Si ya sigues este tipo de dieta, puede que tu problema no sea que no ingieres suficiente hierro sino que tu cuerpo no lo está absorbiendo correctamente. Si este es tu caso evita el consumo de café, té y lácteos en las comidas principales. Así mismo es aconsejable que reduzcas el consumo de alimentos ricos en fibra. Estas sustancias hacen que la absorción de hierro sea más complicada.