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Icónica foto de una discusión entre los integrantes del Grupo de los 7 (G7) y el presidente estadounidense Donald Trump. Jesco Denzel/German Federal Government via AP
Icónica foto de una discusión entre los integrantes del Grupo de los 7 (G7) y el presidente estadounidense Donald Trump. Jesco Denzel/German Federal Government via AP

El irrespeto de Trump en la convención del G-7 deja en claro sus prioridades

En una de las reuniones diplomáticas más importantes del mundo, el presidente estadounidense hizo gala de su impertinencia ante discusiones fundamentales para…

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Todos sabíamos que la reunión de este fin de semana en Quebec sería delicada. Lo que nadie esperaba era que los caprichos del presidente Donald Trump pondrían (aún más) en riesgo la posición de Estados Unidos en la política internacional.

Tras una semana de desencuentros con su hasta entonces “amigo” Emmanuel Macron (presidente de Francia), y con el primer ministro canadiense Justin Trudeau, por la imposición de tarifas en importaciones de hierro y aluminio a sus aliados comerciales, Trump asistió a una reunión económica con un frente unificado en su contra.

El G-7 o Grupo de los Siete es una organización internacional que pone sobre la mesa a las mayores economías mundiales para tomar decisiones en conjunto, con miras a una política mundial consolidada en asuntos como comercio, relaciones exteriores, medio ambiente y trabajo.

Si bien los lineamientos para incorporarse al grupo no tienen un criterio objetivo – es más bien un acuerdo entre políticas en común – los países pertenecientes intentan a toda costa mantener al mundo en un rumbo fijo con respecto a las ideologías imperantes en Occidente.

Desde que iniciara su campaña política, Donald Trump ha hecho alarde de sus intenciones por acercarse a gobiernos menos tradicionales – Rusia, China y ahora Corea del Norte – amenazando a sus aliados históricos en una postura que muchos consideran como “inmadura” y “rebelde”.

Esto se evidenció con más fuerza el pasado fin de semana cuando el presidente, a sabiendas de que sus homónimos se encontraban juntos en oposición a sus medidas económicas, rompió con el protocolo e irrespetó las prioridades del grupo justo antes de reunirse con uno de los líderes más alienados de la política internacional, Kim Jong-Un.

El presidente estadounidense no sólo llegó tarde al primer encuentro – perdiendo la oportunidad de reunirse con el presidente Emmanuel Macron para limar asperezas – sino también llegó tarde al desayuno para discutir la igualdad de género al día siguiente, según reportó CNN.

De esta manera, Trump “evitó los momentos más incómodos de la reunión”, incluyendo los debates en torno al calentamiento global y otros asuntos en los que ha dejado en claro su oposición.

La guinda de la torta fue su amenaza de “poner fin a todo comercio con cualquier nación” que no esté de acuerdo con su política de “comercio injusto” contra Estados Unidos, poniendo contra las cuerdas, y de manera bastante peligrosa, a sus aliados.

Aunado a ello, Trump insistió en abogar por la reincorporación de Rusia al grupo, demostrando nuevamente su desconocimiento de la historia política internacional y pasando por alto el hecho de que Moscú nunca se ha disculpado por la anexión de Crimea, razón por la cual fue expulsado de la convención, y que la mayoría de los países en el mundo reconocen al Kremlin como un sistema de gobierno autocrático.

Ante las declaraciones del primer ministro canadiense a los medios una vez finalizada la reunión – en las que reiteró su oposición a las tarifas económicas de Trump y su decisión de imponer medidas de retaliación a partir de julio – el presidente estadounidense cerró con broche de oro su fin de semana de groserías negándose a firmar la declaración conjunta del grupo y desencadenando una gran ola de rechazo por parte de la comunidad internacional.

“Con un Tweet, una inquietante cantidad de confianza puede destruirse rápidamente”, dijo el ministro de exteriores alemán Heiko Mass.

Por su parte, el gobierno francés manifestó su desacuerdo asegurando que “cualquier persona que se distancie de los acuerdos logrados en la convención estaría mostrando su incoherencia e inconsistencia”, según reportó Radio Free Europe.

“La cooperación internacional no puede depender de estar molesto y de palabrerías. Seamos serios”, dijo el funcionario francés.

Mientras tanto, el presidente Trump se encuentra en Singapur preparándose para una reunión histórica con el líder de Corea del Norte, quien deberá hacer un esfuerzo monumental para creer en la palabra de un hombre que desafía incluso a sus aliados más antiguos, basándose tan sólo en un ego consagrado a su persona.