El Departamento de Salud enmendará la
normativa de embalsamamientos de Puerto Rico para acabar con la moda
de velatorios extravagantes, que hoy vive un nuevo episodio con la
exposición de un fallecido en su ambulancia.

El secretario de
Salud de Puerto Rico, Lorenzo González, anunció
que el departamento legal de su agencia trabaja para cambiar la
normativa vigente y evitar así que siga adelante una moda nacida en
la isla e imitada ya por la población boricua de Estados Unidos.

"Lo
preocupante para nosotros sigue siendo el elemento de salud
ambiental, de la seguridad de la familia y las personas envueltas en
este tipo de práctica", dijo González, tras reconocer que, de
momento, "no hay herramientas legales" para prohibirla.

González
hizo el anuncio el día en el que el cadáver de Edgardo
Velázquez Velázquez es mostrado al volante de su ambulancia favorita
como si todavía conservase la vida que perdió el pasado viernes en
un desgraciado accidente con un compañero de trabajo social.

El
cadáver de Velázquez Velázquez permanece expuesto en el
negocio de su propiedad -Tato's Heart Ambulance-, en un barrio de la
localidad de Trujillo Alto, en el norte de la isla, donde hoy amigos
y familiares pasaron a dar su último adiós a este empresario de 41
años.

"Fue su última voluntad. El quería que se hiciera de esa
manera",
señaló a Efe Juan José Reyes, hijo de crianza -tutelado desde su
niñez- de Velázquez Velázquez, sin apenas poder contener el llanto.

Reyes
apuntó que no veía nada malo en llevar a cabo ese tipo de
velatorio y apuntó desconocer las declaraciones del secretario de
Salud en contra de esa peculiar forma de dar el último adiós a los
muertos en Puerto Rico.

Velázquez Velázquez, sin vida, está hoy
al volante de una de sus
ambulancias, con gorra de trabajo y gafas de sol, en el lugar
destinado al estacionamiento de vehículos de Tato's Heart Ambulance.

La
ambulancia que parece conducir todavía el fallecido está
precedida de un pequeña mesa que hace las veces de altar, con la
imagen de una virgen, un rosario y la foto de Velázquez Velázquez
con uno de sus hijos pequeños.

Trabajadores, amigos y familiares
se acercan a la ambulancia
donde se encuentra el fallecido -conocido ya por algunos como "el
muerto sentao"-, separada del público por una cinta amarilla que
muchos decidieron traspasar para ver de cerca al empresario ya sin
vida.

La escena se completa con el equipo que utilizaba Velázquez
Velázquez en su labor diaria, como camilla, botas o todo tipo de
utensilios de faena.

"Me parece bien. El quería que se hiciera
así", dijo a Efe Joel
Velázquez Rodríguez, primo del fallecido, que no dio importancia a
la extravagante manera de despedir a su familiar.

Velázquez
Rodríguez explicó que la muerte le llegó a su primo el
pasado viernes cuando se acercó por sorpresa -con la intención de
gastar una broma- a un compañero de trabajo del Servicio de Manejo
de Emergencias Municipal de Trujillo Alto en el momento en el que
manipulaba su arma reglamentaria, que se disparó por error.

El
"muerto sentao" o de la ambulancia sigue la saga de los
famosos "muerto parao" y "muerto de la motora", que fueron portada
de la prensa de la isla hace meses por la impactante forma en que
fueron velados.

El cadáver de David Morales Colón, de 22 años y
apodado "El
Matatán", asesinado a tiros en la capital puertorriqueña, fue
expuesto el pasado abril sobre su motocicleta a modo de peculiar
velatorio por deseo de su tío.

Morales Colón fue expuesto
públicamente con gorra, gafas de sol y
ropa deportiva en postura aerodinámica y como si condujese su
motocicleta favorita, montaje organizado por la funeraria Marín -la
que ahora embalsamó a Velázquez Velázquez-, que entonces fue
investigada por las autoridades puertorriqueñas.

La funeraria
Marín alcanzó notoriedad en 2008 con el caso de
Angel Luis "Pedrito" Pantojas Medina, conocido a partir de entonces
como el "muerto parao", por ser velado en su propio domicilio, de
pie, amarrado a una pared y vestido de manera informal, con tejanos,
camiseta con dibujos llamativos, gorra, collar y gafas deportivas.

La
Junta de Examinadores de Embalsamadores anunció una
investigación a raíz del velatorio del "muerto de la motora", aunque
Salud tuvo que reconocer que no existía reglamento alguno que
prohibiese ese tipo de velatorios, a los que se tratará de poner fin
con la enmienda de la actual ley.