Varios líderes latinos aseguraron que el Tribunal Supremo necesita un juez con "coraje moral" para defender a los hispanos, pero evitaron expresar su apoyo a la candidata a ocupar la vacante, Elena Kagan, a la espera de su comparecencia en el Senado.

Una semana antes de que empiecen las audiencias en el comité judicial del Senado para confirmar su cargo, el grupo "Hispanos por un Sistema Judicial Justo" planteó, en un panel en el Capitolio, las demandas de una comunidad latina que necesita saber más sobre ella y le pide mucho.

"Ese asiento necesita ser ocupado por alguien con coraje moral para venir a defender a comunidades marginadas, como la latina y los inmigrantes", aseguró James Ferg-Cadima, del Fondo México Americano para la Defensa Legal y la Educación (MALDEF).

Si es confirmada, Kagan tomaría el asiento del juez John Paul Stevens, quien anunció su jubilación en abril, y se convertiría en la cuarta mujer en la historia del Supremo, la máxima instancia judicial del país.

Además, sería la primera vez que tres mujeres coinciden en la sala del Supremo compuesta por nueve magistrados, que incluyen a Ruth Ginsberg y Sonia Sotomayor, la primera hispana en la institución que asumió este cargo el año pasado.

Pero los récords sobre su visión sobre la política migratoria y otros temas latinos son "escasos", aseguró Cadima a Efe, y el hecho de que nunca haya ejercido como juez dificulta la búsqueda de sus argumentaciones legales sobre estos asuntos.

"La comunidad latina necesita entender cuál es su comprensión de la ley migratoria en estos tiempos de clímax antimigratorio. Tenemos que darle la oportunidad a explicarse", señaló.

Esa ausencia de declaraciones o escritos se da a pesar de que se han publicado miles de documentos de su trabajo como la primera procuradora general de EE.UU, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard y consejera en la Casa Blanca durante la administración del presidente Bill Clinton.

Sin embargo, para los ponentes, entre los que estaban María Cardona, fundadora del grupo, y Nancy Zirkin, vicepresidente ejecutiva de la Conferencia de Derechos Civiles y Humanos, su nominación debe ser supervisada con atención en un momento político polarizado por la "ley de Arizona" que criminaliza a indocumentados en ese estado.

En ese sentido, pidieron un juez con "coraje moral" para defender los derechos civiles en "tiempos que han sido recortados absolutamente" por decisiones recientes del Supremo, aseguró Cadima.

Aún así, Zirkin concedió a la candidata un voto de confianza por el "maravilloso récord de Kagan en políticas de acción afirmativa", una medida de defensa para promover a minorías dándole prioridad en puestos de trabajo, que causó también cierta controversia cuando era decana en Harvard.

Su capacidad "reflexiva" y "meticulosa" para lidiar con los procesos judiciales, reflejada en su trabajo en la Casa Blanca, y sus enfoques "equilibrados" son otras de las apreciaciones que los ponentes destacaron.

"Ha pasado muchos años en la Casa Blanca y entiende, no desde la teoría, cómo va a afectar la ley a la gente en el día a día, sobre todo los grupos que continuamente e históricamente han sido marginados", aseguró Zirkin.

Incluso su entendimiento y relación con la política es un punto a su favor porque el Tribunal Supremo es "un lugar político también", señaló.

Cardona defendió su nominación como mujer porque legitima ante los latinos, especialmente las mujeres, "una Corte Suprema que refleje la fortaleza de la diversidad de la sociedad".

En su opinión, ese tribunal "más cercano y diverso" implicaría más a los hispanos en la justicia con esta nominación, tal y como lo hicieron en la anterior, cuando pudieron por primera vez en la historia de Estados a una latina con la toga negra del Supremo.