Planear la vejez dejó de ser una preocupación para los jóvenes mexicanos. Para ellos, la premura es sobrevivir al día a día de su inestable cotidianidad. Los resultados de una encuesta contratada para El País, revelan que el 54 por ciento de los jóvenes mexicanos no tiene fondo de pensiones ni ahorros programados; la mayoría prefiere no pensar de qué van a vivir cuando sean viejos.

El panorama de evidente falta de preocupación por lo que deparará el fututo, contrasta de manera paradójica con la neurosis moderna por preservar la salud. El mercado y la ciencia desbordan sus capacidades para crear alimentos y fórmulas para minimizar los efectos de la inclemencia del tiempo: dietas, cuidados, vitaminas, programas de ejercicio. Los mexicanos se preocupan por llegar a la vejez saludables y en buen estado físico, pero no se preguntan cómo, ni de qué van a vivir cuando sean viejos.

Tal vez haya llegado el momento de preguntarse para qué se quiere llegar a viejo y cómo conseguirlo. Analizar esta pregunta podría servir también para cuestionar el papel de la vejez en las sociedades modernas latinoamericanas.

Así reportó El País