La petrolera británica BP tratará de
tranquilizar a los inversores sobre los eventuales peligros para su
posición financiera que suponen los esfuerzos hasta ahora
infructuosos por detener el derrame de petróleo en el Golfo de
México.

Su consejero delegado, Tony Hayward, y el presidente de
la
petrolera, Henri Svanberg, celebran esta tarde una teleconferencia
destinada a inversores y analistas en la que explicarán su respuesta
al desastre del Deeptwater Horizon.

Según el Financial Times,
ambos insistirán en que la empresa
cuenta con recursos económicos suficientes para sufragar los
trabajos de limpieza y compensar a todos los afectados por el
derrame.

Queda abierta, sin embargo, la posibilidad de que la
compañía
deje de pagar o reduzca al menos sus dividendos en reacción a las
fuertes presiones políticas de Estados Unidos.

Según Alex
Stexart, de Evolution Securities, es muy probable queBP
se somete a las presiones políticas de EE.UU. y suspenda el pago de
dividendos en lo que queda de año.

Las agencias de calificación
de riesgo Moody's y Fitch rebajaron
el jueves la calificación de la empresa - de Aa1 a Aa2, la primera,
y de AA+ a AA, la segunda, y no descartaron volver a hacerlo.

Se
cree que Hayward y Svanberg harán hincapié esta tarde en la
capacidad de la compañía para correr con los gastos derivados del
derrame, que se cree de momento que se elevarán a 20.000 millones de
dólares.

Se espera que BP realice este año beneficios
después de impuestos
del orden de los 21.000 millones de dólares, con lo que puede
teóricamente cubrir el pago de dividendos e intereses además de
realizar su programa de inversiones si el precio del barril no baja
de los 60 dólares.

Al margen de la teleconferencia con inversores
y analistas, BP
informará esta misma mañana al círculo de asesores del primer
ministro británico, David Cameron, sobre el derrame y los trabajos
para contenerlo.

Según el diario "The Times", BP
ofrecerá a Cameron la misma
información confidencial sobre la explosión original y las
operaciones de limpieza que se ofreció antes al presidente de EE.UU. Barack Obama, con quien el líder tory se reunirá la próxima semana
en Washington.

No se cree, sin embargo, señala el diario, que BP
vaya a pedir a
Cameron que intervenga cerca de la Casa Blanca para intentar calmar
a Obama, que no ha ocultado su fuerte irritación con la compañía
británica.

"BP es una empresa estratégicamente
importante y es lógico que se
tenga informado al primer ministro", dijo una fuente al periódico.

La
Casa Blanca dijo anoche que el Gobierno de EE.UU. va a enviar aBP
una primera factura de 69 millones de dólares por las tareas de
limpieza, que la compañía debe pagar antes del próximo 1 de julio.