Un alcalde y otro funcionario de
un municipio del sureño estado mexicano de Oaxaca murieron la noche del domingo en
una emboscada, donde además resultaron heridas cuatro personas,
entre ellos un sacerdote, informó la fiscal oaxaqueña, María de
la Luz Candelaria Chiñas.

En una rueda de prensa, Chiñas explicó
que desconocidos
emboscaron a un grupo encabezado por el alcalde de San José del
Progreso, Oscar Venancio Rivera, quien resultó muerto, al igual que
el regidor de Salud de esa misma población, Félix Misael Hernández.

Chiñas
dio marcha atrás a lo informado inicialmente por su
oficina, que por la mañana aseguró que hubo un enfrentamiento del
alcalde con opositores a la explotación de una mina.

En esa
comunidad existe un conflicto entre quienes se oponen a
que la Minera Cuzcatlán, con capital canadiense, explote un
yacimiento de oro y plata porque aseguran que contaminará los mantos
freáticos, y los que apoyan los trabajos de la empresa.

La fiscal
dijo que se investigan "los hechos violentos que
ocurrieron anoche, donde hay dos personas muertas, (pero) aún no
sabemos a qué grupo pertenecen las personas que atacaron al
presidente municipal".

Chiñas dijo que además de los dos muertos
tres personas
resultaron heridas de bala, entre ellos un civil, un policía y un
regidor.

En medio de este ataque y al parecer por una confusión,
un grupo
de pobladores de San José del Progreso detuvo y golpeó al párroco
Martín Octavio García Ortiz, quien después de ser rescatado por
policías fue llevado al Ministerio Público a declarar.

Al párroco
García Ortiz "lo detuvieron porque un grupo de la
población lo identifica como uno de los incitadores" que se oponen a
los trabajos de la mina, dijo la fiscal.

"Su estado de salud no
es grave, presenta golpes y hematomas",
agregó.

El titular de la Comisión de Justicia y Paz de la
Arquidiócesis
de Oaxaca, Wilfrido Mayrén Peláez, dijo que el sacerdote nada tuvo
que ver en el enfrentamiento, pues "él venía de celebrar una misa de
una comunidad cercana, cuando un grupo de pobladores le marcó el
alto y lo bajó de su camioneta".

Por su parte, el arzobispo de
Oaxaca, José Luis Chávez Botello,
solicitó que se investiguen estos hechos de violencia
y sostuvo que
"si algún sacerdote comete un delito, es responsabilidad de él".