Cientos
de amantes del cine aprovechan
el buen tiempo entre mayo y septiembre para disfrutar de sus
películas favoritas al aire libre, pero en un escenario poco común:
el cementerio Hollywood Forever.

Quienes no conozcan sobre la
vocación cultural del cementerio
Hollywood Forever podrían sorprenderse al ver a cientos de personas
haciendo fila con neveras y sillas de playa durante los fines de
semana del verano.

Los cinéfilos se ubican a pocos pasos de la
tumba del galán del
cine mudo Douglas Fairbanks en el lote que lleva su nombre, pero
también en este lugar, fundado en 1899 como Hollywood Memorial,
están las tumbas de personajes como Rudolph Valentino en cuyo
monumento se proyectan las cintas y del director John Huston, entre
muchos otros.

Aunque las proyecciones generalmente comienzan al
caer el sol,
los espectadores aguardan durante tres horas para ingresar al jardín
cementerio, en una fila que se extiende por varias cuadras y que es
seguida por un desfile de aficionados que recorren los terrenos del
cementerio, en busca de un buen puesto para la función.

La idea,
que arrancó hace ya nueve años de la mano del club de
cine Cinespia se ha convertido en uno de los planes de verano más
populares para una audiencia mayoritariamente joven, que asiste a
estos eventos con sus amigos para hacer un picnic con vino, cerveza
y mantas.

"Sentimos que el plan de Cinespia encajaba en nuestra
misión de
ser un centro cultural para Los Ángeles. El primer verano hubo tres
presentaciones, luego lo hicimos todas las semanas y ahora en
nuestra novena edición, las presentaciones se han vuelto más y más
populares", dijo a Efe Jay Boileau, vicepresidente ejecutivo del
cementerio Hollywod Forever.

Los programas presentan cintas de
diversos géneros y directores
más populares del séptimo arte, en una variada muestra cuyo entorno
permite vivir una experiencia muy diferente al típico plan de ir al
cine en una sala convencional.

"No hay publicidad, ni promoción
de productos, es solamente la
comunidad que gusta del cine clásico, nadie trata de vender sodas
por 10 dólares o presentar trailers de películas de acción", señaló
Boileau.

Chad Von Haden es un aficionado que asiste a las
proyecciones
desde hace 4 años y para quien el entorno no tiene nada de
siniestro, sino más bien le "sirve como una especie de terapia,
porque me tranquiliza".

La selección de películas no tiene una
temática particular
diferente al hecho de ser cintas clásicas y para este verano 2010 se
incluyen títulos como La Cosa (The Thing) de John Carpenter y
Casablanca de Michael Curtiz, que comparten créditos con La invasión
de los ladrones de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers) de Don
Siegel, y North by Northwest, de Alfred Hitchcock.

"Tratamos de
evitar proyectar películas de horror por el simple
hecho de mostrarlas, solamente lo hacemos si se trata de una cinta
clásica e importante. Buscamos las favoritas del público o aquellas
que creemos deben ser vistas por los amantes del cine", explicó el
organizador.

Para Boileau, las proyecciones de las películas al
aire libre en
este particular cementerio que ha servido de última morada para los
famosos del Hollywood fueron desde sus inicios pioneras en el mundo
cultural de Los Ángeles.

"Las presentaciones de cine en
exteriores se aceleraron
ciertamente luego de que empezamos hace nueve años. No fuimos los
primeros, pero seguro estuvimos a la vanguardia de esta nueva
tendencia", afirmó.

El precio del boleto de ingreso es una
donación de 10 dólares,
con 5 adicionales si se quiere ingresar con el automóvil.