El relator especial de Naciones
Unidas
para las Ejecuciones Extrajudiciales, Philip Alston, denunció este martes a
Brasil por "los alarmantes índices" de asesinatos cometidos por la
Policía y lamentó que el Gobierno no haya hecho lo necesario para
remediar esta situación.

"Cuando visité Brasil hace dos años
encontré que la Policía
ejecutaba a criminales sospechosos y a ciudadanos inocentes durante
sus operaciones en las favelas. Policías fuera de servicio, operando
en escuadrones de la muerte y en milicias, también asesinaban a
civiles", denunció el relator. 

"Hoy la situación en el terreno no
ha cambiado dramáticamente. La
policía continúa cometiendo ejecuciones extrajudiciales en índices
alarmantes. Y la mayoría de las veces impunemente", lamentó Alston.

El
relator presentará esta semana ante el Consejo de Derechos
Humanos de la ONU su informe final tras seis años en el cargo, en el
que se incluyen apartados específicos sobre varios países, entre
ellos Brasil.

Alston reconoció varios avances realizados, como
investigaciones
sobre escuadrones de la muerte y milicias, o el anuncio de que se
subirán los salarios de los policías, "pero esos esfuerzos requieren
mucha más energía si se quiere obtener la seguridad esperada en los
próximos cuatro años".

El relator señaló como una de las áreas
más alarmantes los
asesinatos a sangre fría que posteriormente se definen como muertes
en defensa propia.

"Hubo al menos 11.000 asesinatos así llamados
en defensa propia
en San Pablo y en Río de Janeiro entre 2003 y 2009. La evidencia
demuestra que la mayoría de estas muertes fueron en realidad
ejecuciones, y que no fueron investigadas seriamente. El Gobierno no
ha parado todavía esta práctica abusiva".

Por ello instó al
Gobierno a que suprima esta categoría "porque
da a la Policía una licencia para matar impunemente".

Por otra
parte, Alston apreció el establecimiento de las nuevas
Unidas Pacificadoras de la Policía en Río de Janeiro, pero solicitó
que se expandan a todas las favelas y que hagan el trabajo social
que deberían.

"El Gobierno merece que le reconozcan los esfuerzos
realizados,
pero hace falta mucho más si quiere alcanzarse el objetivo de acabar
con las ejecuciones extrajudiciales de la Policía".