"Sentí una inmensa alegría, los gringos me abrazaban y me daban la mano, me saludaban, saltaban de alegría, pasamos del sufrimiento a la gloria en tan solo un segundo", dijo Gaspar Sánchez, mexicano de 31 años.

Anglos y latinos se confundieron en abrazos y alegría después de padecer un partido del Philadelphia Union que logró un empate agónico en el último minuto de juego contra un difícil rival, el FC Dallas.

Sánchez, padre de dos hijos que viven en su pueblo natal,  Córdoba (Veracruz), dice que no olvidará la emoción que vivió ese sábado 14 de mayo.

Él y unos 25 mil fanáticos suspiraban de tristeza al ver al equipo local, el Philadelphia Union, que no solamente merecía el empate de los últimos segundos, sino ganar, y por goleada.

"Ahora soy hincha del equipo, voy a aplicar para que me acepten en su barra brava, porque viví y sentí grandes alegrías, no entendía lo que me decían, porque me hablaban en inglés, pero como tenía puesta la camiseta del equipo (...) me compartieron sus alegrías y me hicieron sentir en familia a pesar de que no los conocía", dijo a AL DÍA  mientras se tomaba fotos a la salida del estadio en compañía de sus dos hermanos.

Entre semana, este mexicano arregla jardines y ve por televisión los partidos de la liga profesional en México y de vez en cuando la “Champions League”. Los domingos, desde hace tres años, es el “director técnico” del equipo de fútbol que formó junto con su hermano para divertir a sus paisanos en verano e invierno en una de las ligas de fútbol aficionado del sur de Nueva Jersey.

Él es el líder de estos futbolistas, todos jóvenes mexicanos, que con nostalgia bautizaron el equipo “Deportivo Jarochos", como le dicen a los nacidos en Veracruz.

La Liga Imperial Azteca premió a Sánchez como el técnico que mejor ejemplo de juego limpio y disciplina tuvo durante el campeonato 2010. Él aún estaba triste porque habían perdido el campeonato en los dos últimos  partidos después de ser líderes del torneo.

Los árbitros del torneo de fútbol “indoor” lo premiaron así con dos boletas de entrada al estadio con transporte puerta a puerta incluido para ver el partido.

"Me sentí como un niño estrenando juguete nuevo, nunca había ido a un estadio de fútbol, nunca había visto en persona un partido profesional, esto es inmenso, es una alegría, voy a seguir viniendo al estadio, los gringos me hicieron sentir muy bien”, dijo.

¿Qué fue lo que más le gustó?

Nunca había estado rodeado de tanta gente, fue emocionante verlos gritar, bailar, decían cosas en inglés que yo no  entendía, pero yo me movía al ritmo de ellos, no sé qué cantaban, pero yo aplaudía y bailaba. Me gustó ese comportamiento muy decente en la tribuna.

¿De los jugadores, a quién destaca?

Al colombiano. Me gustó mucho su atrevimiento, la movilidad en la cancha, y mi paisano Orozco, pone ganas y sale jugando; el francés que las lucha todas en el área, también el venezolano, en fin creo que es un equipo que a pesar de ser nuevo, tiene fútbol del bueno.

¿Cómo vivió el gol?

Sufrimos mucho porque el gol no llegaba a pesar de las muchas ocasiones que tuvo "mi" equipo, recuerdo que cada vez que la bola no entraba, la gente decía “fu....” y también sufría, pero cuando el jugador hizo el gol todos estallamos en júbilo, nos dimos la mano.

¿Qué va a hacer con los afiches y fotografías del equipo?

Las voy a colgar en mi cuarto.