El video no es nítido, ni registra el incidente en su totalidad, pero es suficientemente claro para corroborar que el agente de la Patrulla Fronteriza de El Paso, Texas, no estaba rodeado de inmigrantes ilegales que lo apedreaban, y tampoco actuó en defensa propia.

Ante los medios de comunicación AOL News, un oficial del FBI declaró que el incidente tuvo lugar la tarde del lunes 7 de junio, en las inmediaciones del puente Paso del Norte entre Ciudad Juárez y Texas. Cuatro jóvenes mexicanos cruzan a pié ilegalmente hacia el lado norteamericano, y un agente de la Patrulla Fronteriza en bicicleta trata de arrestarlos.  En el video, el agente baja de la bicicleta mientras atrapa a uno de ellos por el brazo, arrastrándolo brevemente sobre suelo norteamericano. 

Después,  uno de los otros escapa y logra regresar a suelo mexicano, y con toda claridad el celular capta el momento en que el agente levanta el arma; segundos después se escuchan tres disparos.  El video sugiere que tiraron piedras porque un testigo del incidente dice en español: “Están tirando piedras”. Y después, “él le pegó, ése estúpido le pegó.”

Sergio Adrián Hernández Huereca, de 14 años de edad, quien alcanzó a llegar al pie de un pilar del puente en territorio mexicano a unos metros del policía, recibió los disparos en el hombro y en la cabeza, cerca del ojo. Su muerte ha tensado aún más la relación en la frontera.

El martes 10 de junio Andrea Simmons, Agente Especial del FBI declaró a los medios: “Este agente de la Patrulla Fronteriza , quien tenía al segundo sujeto sometido en el suelo, ordenó a los otros detenerse y regresar.  Sin embargo los tres sujetos rodearon al agente y continuaron apedreándolo.  Entonces el agente disparó su arma en varias ocasiones, alcanzando a uno de ellos quien después murió.” La tecnología, sin embargo, ha salido al rescate esclareciendo los hechos a través del video.

Otros videos de otro incidente tomados por Humberto Navarrete, ciudadano estadounidense, han aclarado también la muerte de Anastasio Hernández Rojas: muestran a cinco agentes de inmigración golpear al indocumentado que ya estaba sometido en el suelo, esposado y boca abajo. Después, las descargas eléctricas que le aplicaron con pistola de electroshock causaron su muerte.

¿Qué hizo Anastasio para merecer ese castigo?  Era inmigrante ilegal, de 42 años, había vivido desde los 14 años en Encanto, California, casado, casa propia, padre de 5 hijos, el mayor de 20 y el menor de 4, constructor de albercas.  Fue deportado a México el 25 de mayo.  Tres días después intentó cruzar de nuevo la frontera ilegalmente para reunirse con su familia y fue detenido otra vez. 

Mientras estaba en la línea de deportación trató escapar de nuevo, y  fue sometido.  La Patrulla Fronteriza declaró que Anastasio ofreció resistencia, se puso violento, y fue necesario golpearlo y someterlo con pistola eléctrica. Fue trasladado al hospital brutalmente golpeado y los electroshocks le causaron muerte cerebral. El médico forense clasificó su muerte como homicidio por la severidad de los golpes que produjeron un ataque al corazón.  

Su hermano, Pedro Pablo Hernández, declaró que eran 20 los agentes que golpearon a Anastasio; estaban los dos sentados en el suelo, esposados, esperando la deportación, cuando un agente lo pateó en el pecho y otro en una pierna, y los demás siguieron.  Anastasio les gritó que le pararan, pero arreciaron los golpes.  Una mujer que cruzaba comentó a las autoridades mexicanas: “los policías de EU están matando a un hombre”.

Anastasio trata de esquivar los golpes, se arrastra por el suelo, mientras docenas de personas observan.  Las patadas continúan y después siguen los electroshocks con la pistola. En cada descarga se revuelca por el intenso dolor; luego queda inmóvil: muerte cerebral.  En el hospital fallece de un ataque al corazón.

Cuando las pistolas eléctricas llamadas TASER recién aparecieron en el mercado se utilizaban para controlar el ganado mediante electroshocks, y eran consideradas crueles e inhumanas para los animales. Hoy en día 7,000 policías norteamericanos las utilizan para someter a las personas. 

Hasta el momento 270 individuos en los Estados Unidos han muerto por las descargas eléctricas de las pistolas que utiliza la policía para someter a posibles delincuentes;  además del intenso dolor, paralizan los pulmones y producen paros cardíacos.

Estos incidentes nos obligan a preguntarnos: ¿Cómo crear fuentes de trabajo en México con sueldos atractivos para que los connacionales no se vean obligados a emigrar?