Una región selvática en Perú es hoy uno de los centros mineros más importantes del país sudamericano. Sin embargo, la relevancia de Madre de Dios no se debe a su impacto en la economía peruana sino a que es el escenario donde la ley del más fuerte, las violaciones y la depradación ambiental le ganan terreno al Estado.

En una serie de artículos, el diario español El Mundo relata cómo esta región se ha convertido en el "Dorado de los pobres". Un sitio en el que la explotación artesanal del oro -que anualmente significan 800 millones de dólares para el Perú-también significa la desgradacia para miles de personas que no tienen otra opción que someterse a las duras condiciones de trabajo.

La Federación de Mineros Artesanales calcula que hay por lo menos 300 familias dedicadas a la extracción del metal precioso, ocupación que les permite ganar el doble del salario mínimo legal vigente en el país, cerca de 115 dólares mensuales.

El problema -más allá de la ilegalidad y la permisividad de las autoridades- es que en los asentamientos mineros se aplica la ley del más fuerte: asesinatos, explotación laboral, trabajo y prostitución infantil son el pan de cada día, mientras que la explotación y las condiciones infrahumanas son el caldo de justicia para el aumento de la pobreza en el país.

La problemática, según denuncia la Federación de Mineros Artesanales citada por El Mundo, ha sido tratada con paños de agua tibia por el Gobierno de Álan García. En efecto, las autoridades promulgaron una ley que busca regular la extracción artesanal de oro, norma que de acuerdo con la organización sindical, favorece a los grandes mineros y no soluciona la problemática social en Madre de Dios.

Así reportó El Mundo.