Prometo que la presente no será una diatriba contra los empleadores que abusan de los pasantes que trabajan gratis. Es una plegaria a la industria noticiosa – empresas mediáticas y otras – que se armen de valor y ofrezcan más pasantías – el tipo de pasantía que paga al estudiante para que deje su hogar durante unos meses cada verano, aprenda a navegar un nuevo lugar y se haga de habilidades laborales avanzadas.

El asunto me ronda por la mente por varias razones. He aquí dos:

La American Society of News Editors acaba de publicar cifras sobre los hispanos, los africano americanos y otro personal no blanco que trabaja en las salas de redacción de los periódicos nacionales. Después de un cuarto de siglo de profesar preocupación con la carencia de paridad étnica y racial en los diarios de sus miembros, dio marcha atrás este año.

Una nota del New York Times se dirigió a los empleadores mediáticos quienes traen a trabajar a pasantes, sin ofrecerles paga, y los ponen a responder a correos electrónicos rutinarios, tomar mensajes de llamadas telefónicas, pulir manijas de puertas o barrer pisos, en vez de permitir que aprendan de tareas sustanciales.

La nota indica que en algunos estados el gobierno federal está tomando nota y sancionando a los empleadores que “usan ilegalmente” a los pasantes para conseguir mano de obra gratis.

Si bien la nota no ofrece datos fehacientes sobre los empleadores ofensores ni sobre el predominio de pasantías sin paga, sí que cita a un funcionario de desarrollo profesional en una universidad nacional de renombre quien ve “evidencia definitiva que el número de pasantías sin paga está creciendo rápidamente”.

Las pasantías sin paga en los medios en inglés y en español, en particular en las publicaciones de élite y las emisoras, han sido pan de cada día durante mucho tiempo; es posible que ahora estén cubriendo la escasez de personal en algunas empresas.

Tiene sentido que el gobierno se ponga fuerte con los empleadores que maltratan a los pasantes universitarios, pero no hay que desanimar a los muchos empleadores de buena fe quienes ofrecen pasantías (sin y con paga) que sirven para capacitar a la siguiente generación de profesionales en campos como los medios noticiosos, los deportes, la publicidad, comercio y contaduría.

Lo que necesitamos es más pasantías, no menos.

Actualmente no existen suficientes pasantías para atender a todos los estudiantes que las necesitan. De manera egoísta, yo no quiero ver una reducción en las oportunidades, haciéndoles más difícil el poder competir por estas posiciones cotizadas a los estudiantes de universidad de población estudiante mayormente hispana, como la Universidad de Texas, El Paso, donde dicto clases.

Hay 1,3 millones de estudiantes pregrado hispanos en las universidades estadounidenses. La mitad de ellos asiste a las universidades de servicio al hispano (aquellas que tienen una matrícula del 25% o más hispana), y ya se ven con suficientes problemas ahora en la competencia por conseguir pasantías.

Muchos trabajan a tiempo parcial para ayudar a mantenerse a sí mismos o a su familia. No se pueden dar el lujo de dejar de recibir una paga consistente para aceptar una pasantía que no ofrece salario en Washington, D.C. o en Los Ángeles.

Esta situación les arma una tremenda desventaja a la hora de graduarse. Es casi imposible conseguir un empleo en el periodismo sin tener experiencia práctica en los medios noticiosos, la cual se obtiene normalmente mediante las pasantías.

He sido testigo de varios estudiantes de periodismo recientemente graduados quienes tienen que desechar su sueño de trabajar en la profesión para aceptar un puesto de docente, lo cual es de relativa facilidad en Texas si se cuenta con un título universitario. Un estudiante altamente talentoso mío, con especialidad en televisión y radio, me llamó recientemente a preguntarme si yo sabía de alguna posibilidad de trabajo en las noticias por televisión.

Hace dos años ya desde que él se graduó, y aún no logra encontrar un empleo en las noticias. Que yo recuerde, nunca completó una pasantía más allá de nuestra zona geográfica.

Más de tres cuartos de mis estudiantes de la Universidad de Texas en El Paso llevan un programa completo de cursos y además trabajan, sea a tiempo parcial o completo. Al darles la opción entre un empleo de verano pagado, llenando los anaqueles del supermercado, o una pasantía sin pagar en una ciudad costosa y lejana, y ya se sabe cuál de las opciones elegirán.

Por otro lado, los estudiantes que cuentan con haber completado unas cuantas pasantías, están muy bien. Sus éxitos deberían ser suficiente motivo para que los reclutadores de los medios, con presupuestos recortados, contraten y paguen a los pasantes.

Por unos cuantos miles de dólares, el reclutador pude ayudar a lanzar la carrera de un profesional joven e inteligente en los medios, cuya contribución sería nuevas ideas y habilidades tecnológicas de último momento a las salas de redacción. Así todos terminamos ganando.