El presidente ecuatoriano, Rafael Correa,
reorganizó el lunes su gabinete de ministros, con traslados de cargos e
inclusión de nuevos colaboradores, con el objetivo de radicalizar su
"revolución ciudadana" en el país.

En una ceremonia cumplida en
el Palacio presidencial de
Carondelet, en el casco colonial de Quito, el jefe del Estado
designó como nueva ministra de Industrias a Verónica Sión, quien se
desempeñaba como titular de la cartera de Turismo.

La economista
Katiuska King fue designada por Correa
como nueva
ministra coordinadora de Política Económica; José Serrano, en la
cartera de Justicia; Gloria Vidal, en Educación, y Jorge Glass como
ministro coordinador de Sectores Estratégicos.

Correa también tomó juramento a Ximena
Ponce como nueva ministra
de Inclusión Económica y Social; a María de los Ángeles Duarte como
titular de Transporte y Obras Públicas, y a Jaime Guerrero como
nuevo ministro de Telecomunicaciones.

Asimismo, encargó de forma
temporal el Ministerio de Turismo al
ministro secretario de la Administración, Vinicio Alvarado, y
designó a Juan Sebastián Roldán como secretario de Transparencia
(Anticorrupción).

El nuevo rostro del Ejecutivo es Ximena Ponce,
una militante del
movimiento oficialista Alianza País, que la semana pasada dimitió
como concejala del Ayuntamiento de Quito para aceptar el cargo de
ministra.

Los demás cargos designados hoy ya han colaborado con
el
Ejecutivo en otros puestos del Gobierno, mientras que muchos
antiguos ministros seguirán en sus funciones.

Tras la toma de
juramento a los nuevos cargos, Correa
pidió a
estos un mayor compromiso y entrega con los cambios que lleva
adelante desde que asumió el poder en enero de 2007.

Por eso
dijo, que las autoridades del Gobierno se deben jugar por
entero para cumplir con las ilusiones del pueblo, "por la
radicalización de la revolución ciudadana".

"En esta segunda
etapa de Gobierno, ya con tanta experiencia
acumulada, no podemos darnos el lujo de fallar", apostilló el
mandatario, quien recordó que este sería el último año de su
mandato, si la población no hubiera aprobado en el plebiscito e
septiembre de 2008 la nueva Constitución impulsada por él.

La
nueva Carta Magna le dio la oportunidad de presentarse en 2009
a elecciones para un nuevo mandato, en unos comicios en los que
venció con amplia mayoría, y que le permitirán seguir en el cargo
hasta 2013.

"Cuando me imagino que sin la nueva Constitución
(...) este sería
nuestro último año de Gobierno, me da realmente escalofríos. Es
verdad, es mucho lo que hemos andado, pero es impresionante todavía
lo que falta por hacer", remarcó el mandatario.

"Creo que a todos
los ecuatorianos de buena fe les consta que
hemos hecho todo lo que hemos podido, pero es claro que no hemos
podido hacer todo lo que hubiéramos querido", agregó Correa, quien
aseguró que su mandato ha estado acechado por la oposición de
derechas y choques externos como la crisis financiera de 2009.

"Pese
a la mentira organizada, pese a todos los poderes fácticos
actuando contra nosotros, pese a la terrible crisis económica del
año pasado, somos un proyecto verdaderamente nacional", remarcó el
jefe del Estado, tras señalar que esos problemas "lo único que hacen
es darnos más compromiso y entrega".

Parafraseando al caudillo
Eloy Alfaro, que dirigió la revolución
liberal en Ecuador a finales del siglo XIX y comienzos del XX,Correa señaló que en su
Administración no se puede perder tiempo.

"No buscamos nada para
nosotros (...) todo para ustedes, un
pueblo que se ha hecho digno de ser libre", subrayó y volvió a citar
a Alfaro: "En la demora está el peligro, así que no tenemos un
segundo que perder".

"No podemos defraudar tanta esperanza,
tenemos que exigirnos cada
día más", exigió Correa a sus
colaboradores.