El Concejo de Filadelfia se encuentra en conversaciones con diversas organizaciones, como el Comité de los Setenta y el Consejo de Ética, para determinar si el gobierno local se ha convertido en un lugar de trabajo hostil para los activistas políticos.

Dichas organizaciones consideran que las limitaciones que enfrentan los empleados de nivel bajo, así como los voluntarios, podrían ser menos estrictas.

Por ejemplo, el mes pasado, el subalcalde Donald F. Schwarz pidió al Consejo de Ética su opinión para determinar si los voluntarios del Comité de Animales podían manifestar su apoyo político portando prendedores de sus candidatos favoritos.

El Comité de Ética determinó, en seis páginas, que los voluntarios podían portar los prendedores, sin embargo, debían llenar una serie de formas para especificar que no reciben salario alguno, y que por lo tanto no están sujetos a limitaciones políticas.

El mes de junio es la fecha limite para que el Concejo de la ciudad pase una legislación que les permita relajar las reglas sobre la actividad política de los empleados y voluntarios, siempre y cuando los votantes lo permitan.

Así reportó The Inquirer