El psicologo y periodista Guillermo Fariñas ha sufrido una nueva
recaída que amenaza de nuevo su vida cuando se cumplen ya 50 días desde
que inició su huelga de hambre y sed en protesta por la muerte de
Orlando Zapata y en demanda de la liberación de 26 presos políticos
enfermos. Fariñas es ahora el único disidente en ayuno de protesta, al
haber abandonado el suyo el médico opositor Darsi Ferrer.

La familia de Fariñas comunicó ayer un empeoramiento general del
disidente, con fiebres y con dolores sintomáticos de un posible ataque
bacteriano que aconsejaron la retirada temporal del cateter por el que
recibe alimentación en suero desde su internamiento en un hospital de
Santa Clara, el 11 de marzo. Los médicos decidieron hacer un hemocultivo
para descartar o concretar el origen de la recaída. Ayer esperaban
resultados.

Fariñas, que tiene 48 años y está muy deteriorado por ésta y más
de veinte huelgas de hambre anteriores, ya había sufrido días atrás una
infección que hizo temer por su vida. Aunque los facultativos controlaron la situación a base
de antibióticos, la incidencia dejo clara la vulnerabilidad del
paciente pese a los esfuerzos del equipo médico por salvarlo.

Es claro que el Ejecutivo cubano no quiere un segundo muerto en
huelga de hambre, por mucho que el presidente Raul Castro dijera en su
discurso del 4 de abril que toda la responsabilidad de un desenlace
fatal sería del propio disidente y de los gobiernos y medios europeos y
estadounidenses que, según él, lo “patrocinan”.

Fariñas vuelve a concentrar todos los focos de las protestas
contra Cuba desde que la familia de Darsi Ferrer, de 40 años, hizo
pública el lunes su decisión de abandonar el ayuno que mantenía desde el
20 de marzo en su celda de la prisión de alta seguridad de Valle
Grande. Ferrer renunció porque el Gobierno se había comprometido a
satisfacer sus dos demandas: que le ofrecieran asistencia médica para
paliar sus problemas bucales y que se celebre juicio sobre los cargos
por los que formalmente fue encarcelado en julio pasado (receptación de
material de obra supuestamente robado y resistencia a la autoridad).

Antes que Ferrer había renunciado a la huelga de hambre el
disidente Franklin Pelegrino, que entre el 30 de febrero y el 7 de abril
ayuno en apoyo a Fariñas.