La secretaria de Trabajo de EEUU, Hilda L. Solís, anunció hoy una nueva norma agrícola que, a partir del próximo 15 de marzo, incluirá un aumento salarial promedio de un dólar por hora para poco más de 80.000 trabajadores del campo en el país, la mayoría de ellos de México y Centroamérica.

Durante una conferencia de prensa telefónica, Solís dijo que la nueva norma será publicada mañana en el "Federal Register" (diario oficial), entrará en vigor el próximo 15 de marzo y beneficiará a los extranjeros que trabajan en EEUU con la visa H-2A.

Su mensaje fue claro y directo: "estas reglas van a ayudar a los trabajadores del campo con visas H-2A y también a los residentes en EEUU; queremos protegerlos, que les paguen salarios justos y no abusen de ellos".

Según explicó Solís, la nueva norma ofrecerá más protecciones laborales, más transparencia y más información, en español, tanto para patronos como para sus empleados.

Su objetivo, dijo, es "facilitar buenos trabajos para todos y esta regla nos ayudará a eso, a proteger a los trabajadores estadounidenses y a los que vienen de otros países a trabajar en el campo".

"Estamos aquí para proteger a todos los trabajadores, no importa si son indocumentados. Si hay abusos, queremos saberlo y nos pueden llamar", aseguró Solís, y proporcionó el teléfono 1-866-487-9243, para contactar al Departamento de Trabajo.

"Queremos que ellos confíen en nosotros. No somos inmigración, estamos acá para ayudar a personas" que han sido o son víctimas de abusos, enfatizó la secretaria de Trabajo.

En ese sentido, Solís también anunció que entre el 14 y 15 de abril próximos habrá una conferencia nacional en Houston (Texas) "para informar a la comunidad latina, los negociantes (empresarios), e iglesias que ayudan a los inmigrantes" sobre las protecciones laborales.

La nueva regla, propuesta inicialmente el 4 de septiembre de 2009, básicamente modifica las regulaciones que datan de 2008 sobre el proceso de certificación laboral del programa H-2A.

Bajo la nueva regla, los patronos tendrán que demostrar que cumplen con las leyes respecto a las condiciones laborales, salariales y de vivienda de sus trabajadores antes de participar en el programa.

Los patronos tendrán que someterse a inspecciones en los sitios de empleo antes de cualquier contratación, y no podrán contratar a trabajadores agrícolas extranjeros "sin tener todo eso en regla", subrayó la funcionaria.

Según una hoja de datos distribuida por el Departamento de Trabajo, los patronos deberán demostrar, ante todo, que primero intentaron contratar a ciudadanos estadounidenses para las tareas del campo antes de emplear mano de obra extranjera.

Entre otros elementos, también les exige proveer transporte que cumpla con los requisitos federales de seguridad, y darle a cada trabajador una copia de su contrato laboral incluso antes de emigrar de su país de origen.

Además, deben divulgar afiches con información sobre los derechos y protecciones laborales, en inglés "y cualquier otro idioma común en el sitio de trabajo".

Durante el año fiscal 2009, las empresas agrícolas presentaron 8.150 solicitudes de certificación laboral para 103.955 trabajadores dentro del programa H-2A. De esos, las autoridades dieron el visto bueno al 94 por ciento, o un total de 86.014 empleados, según el Departamento de Trabajo.

Solís evadió contestar preguntas sobre si esta norma encaja en algún plan para una eventual reforma migratoria integral en Estados Unidos.

Los activistas pro-reforma ha insistido desde siempre en que cualquier proyecto de ley incluya visas permanentes para los trabajadores agrícolas.

La visa H-2A sólo permite una estancia temporal y es, además, una de las más controvertidas que otorga el Gobierno de EEUU: los patronos aseguran que contiene demasiadas restricciones y los activistas pro-reforma consideran que ésta abre la puerta a los continuos abusos de trabajadores extranjeros.

La última vez que el Gobierno hizo alguna modificación significativa al programa de visas H2A fue durante una ley migratoria de 1986.