El presidente de México, Felipe Calderón, se disculpó hoy ante los padres de los 15 jóvenes asesinados el pasado 31 de enero en Ciudad Juárez, a donde viajó para proponer un plan para contrarrestar la violencia en esa urbe, la más afectada del país por el crimen organizado.

Calderón dijo horas después de la masacre, durante una gira por Japón, que el crimen era un ajuste de cuentas entre pandillas callejeras, lo que desató la indignación de los padres de los jóvenes, quienes eran estudiantes y celebraban ese día trágico un triunfo deportivo.

El mandatario explicó que sus primeras palabras sobre este hecho fueron a partir de las primeras pesquisas derivadas de la declaración de un detenido que señalaba que se había tratado de una agresión de un grupo criminal contra otro con el que tenía una rivalidad.

"Eso llevó precisamente a una incomprensión y a una estigmatización. Pero cualesquiera que hubieran sido el sentido de mis palabras les dije (hoy) a aquellos padres de familia que les presentaba y les ofrecía las más sentidas de las disculpas, si cualquiera de esas palabras hubiera ofendido a ellos o a la memoria de sus hijos", dijo Calderón al informar que esta mañana se reunió en Ciudad Juárez con algunos familiares de las víctimas.

Mientras el presidente Calderón hablaba, una decena de familiares de las víctimas, a modo de protesta, se pusieron de pie y dieron la espalda al mandatario, que continuó con su discurso.

Miembros del Estado Mayor Presidencial, el cuerpo militar que garantiza la seguridad del mandatario, trataron de que los inconformes se sentaran pero no lo lograron.

Entre quienes protestaron de este modo estaban Patricia Dávila, madre de dos menores asesinados el pasado 31 de enero por sicarios que entraron en una fiesta que realizaban los jóvenes.

"Me queda claro, y así lo he dicho desde entonces, eran muchachos ejemplares, deportistas, estudiantes, buenos estudiantes y buenos hijos como quisiéramos que fueran los hijos de todos", afirmó el mandatario.

Calderón informó de este encuentro durante una reunión con varios funcionarios de su gabinete, el gobernador de Chihuahua y el alcalde de Ciudad Juárez, además, de representantes de organizaciones civiles y padres de las víctimas.

De esta reunión se espera salga un plan de acción para rescatar a Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos y la más violenta de México desde 2008 cuando se registraron 1.600 muertes atribuidas al crimen organizado a las que se sumaron 2.400 en 2009.

El presidente dijo que se comprometió con los padres de las víctimas a darle un "nuevo sentido a esta lucha para hacerle frente a este desafío" que no se ha superado.

En la reunión hablarán diversos funcionarios y representantes sociales, después de lo que cual se espera se anuncie un plan para Juárez, donde operan dos cárteles enemigos, el de los Carrillo Fuentes y el de Sinaloa, que encabeza Joaquín "El Chapo" Guzmán, apoyados en pandillas callejeras de México y Estados Unidos.