Un juez haitiano se reservó para la semana próxima el fallo sobre una solicitud de libertad que elevaron 10 misioneros estadounidenses acusados de tratar de sacar del país a 33 niños sin la documentación correspondiente, según informaron hoy fuentes cercanas al proceso.

El abogado de los estadounidenses, Edwin Coq, dijo a Efe que el juez Bernard Saint-Vil determinó que el lunes y martes próximo escuchará de nuevo a los acusados y el miércoles solicitará la opinión de la Fiscalía de Puerto Príncipe, antes de tomar su decisión.

El letrado afirmó que el juez ordenó el traslado de los acusados, cinco hombres e igual número de mujeres, a dos cárceles de la capital haitiana.

Consideró que el Gobierno haitiano y la Justicia del país no deben equivocarse en este asunto, y señaló que Laura Silsby, la persona responsable del grupo de la organización baptista New Life Children's Refuge (Refugio de Niños Nueva Vida), es la que debe responder por las acusaciones de tráfico de niños.

"Es una desgracia mantener en prisión a todo el grupo", dijo Coq, quien afirmó que siete de ellos se encuentran por primera vez en Haití, por lo que es "improbable" que se hayan involucrado en el delito del que se les acusa.

Los misioneros fueron interceptados por las autoridades haitianas y detenidos la pasada semana, cuando se disponían a pasar a territorio de la República Dominicana en un autobús con los menores, de entre dos y doce años.

Al no disponer de la documentación necesaria para salir del país con los niños, los estadounidenses fueron arrestados.

La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, expresó ayer su deseo de que el caso sea resuelto "con prontitud", aunque opinó que es un asunto que compete a la Justicia haitiana.

Sobre el particular, la directora ejecutiva de la Unicef, Ann Veneman, abogó ayer en Santo Domingo por "dejar que el sistema judicial haitiano haga su tarea y decida las penas correspondientes" contra los acusados de tratar de sacar a los niños haitianos aprovechando la situación presentada en el país caribeño tras el terremoto que asoló la nación el 12 de enero pasado.